El principal diario oficial norcoreano, Rodong Sinmun, sostuvo este miércoles que Pyongyang ha condenado a muerte al presidente de EEUU, Donald Trump, por varios crímenes como "profanar la dignidad" del régimen y por "soltar toneladas de basura para pintar de manera muy negra la vida feliz de los habitantes de Corea".
Pyongyang calificó este miércoles como una "declaración de guerra" el duro discurso de Trump, durante su visita la semana pasada a Seúl dentro de su gira asiática en el que cargó contra las condiciones de vida de los norcoreanos, reporta EFE.
"Los imprudentes comentarios soltados por Trump durante su gira no se pueden ver de otra manera que como la confirmación de la hostilidad de la Casa Blanca a la RPDC (siglas de la República Popular Democrática de Corea, nombre oficial de Corea del Norte), y como una declaración de guerra", abunda Rodong Sinmun.
El texto, que califica al presidente estadounidense como "depravado" y "viejo esclavo del dinero", asegura que este "hizo el ridículo al manipular la realidad" y "soltar todo tipo de maldiciones contra nosotros" durante su discurso de 22 minutos y 35 segundos en la Asamblea Nacional de Seúl el pasado 8 de noviembre.
Durante una intervención especialmente dura, el presidente estadounidense denunció las violaciones de derechos humanos en Corea del Norte y se dirigió al líder norcoreano, Kim Jong-un, para decirle que si su abuelo Kim Il-sung buscaba crear un paraíso "el país ha acabado convirtiéndose en el infierno".
A pesar del ataque directo, Pyongyang no ha respondido a sus palabras hasta un día después de que Trump pusiera punto final a una extensa gira por Asia, que le ha llevado, además de a Corea del Sur, a Japón, China, Vietnam y Filipinas.
En este sentido, el artículo del Rodong asegura que Pyongyang "ha observado con paciencia los ridículos actos de Trump hasta el final".
La visita de Trump a Asia estuvo muy marcada por las tensiones con Corea del Norte y el llamamiento a la comunidad internacional para que esté unida a la hora de condenar y presionar al régimen de Pyongyang para que ponga fin a su programa nuclear y de misiles.
Las referencias del político republicano a Corea del Norte fueron constantes e incluso llegó a llamar a Kim Jong-un "gordo y bajito", sin que los medios oficiales de Pyongyang hayan contestado hasta ahora a ello.
Tras un año de repetidos ensayos de misiles, Corea del Norte lleva sin lanzar un solo proyectil desde el pasado 15 de septiembre, cuando disparó un misil de alcance medio que sobrevoló Japón.
General de EEUU: Una orden de ataque nuclear del presidente podría desobedecerse
Sin embargo, una orden de Trump o de cualquiera de sus sucesores para lanzar armas nucleares puede ser denegada por el oficial de mayor rango del Comando Estratégico de Estados Unidos si es que se determina que es ilegal, afirmó este martes un general retirado de la Fuerza Aérea, de acuerdo con un reporte de AP.
Durante su testimonio ante la Comisión de Relaciones Exteriores, el general retirado Robert Kehler, quien fue jefe del Comando Estratégico de enero del 2011 a noviembre del 2013, dijo que las fuerzas armadas están obligadas a cumplir las órdenes legales, no las ilegales.
El senador Ben Cardin, el demócrata de mayor rango en el comité, preguntó a Kehler si es que eso significaba que el Comando Estratégico puede rechazar una orden del presidente si es que tal mandato no pasa la prueba de proporcionalidad y legalidad.
"Sí", respondió Kehler, y añadió que tal situación conllevaría a una "conversación muy difícil". Podría hacer que el presidente colocara a un nuevo general que cumpliera su orden, dijo Brian McKeon, exsubsecretario interino de Defensa para políticas durante el Gobierno de Barack Obama, y quien testificó junto con Kehler.
Esta audiencia se llevó a cabo en un contexto en el que la amenaza de un ataque nuclear de parte de Corea del Norte sigue siendo una preocupación seria. Los tuits de Trump hacia Pyongyang han generado temor principalmente entre los congresistas demócratas, que creen que el presidente podría estar incitando a una guerra contra Corea del Norte.
"Estamos preocupados de que el presidente de Estados Unidos sea tan inestable, tan volátil, tenga un proceso de toma de decisiones quijotesco, que podría ordenar un ataque con armas nucleares que está sumamente lejos de los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos", dijo el senador demócrata Chris Murphy, muy crítico de Trump.
Pero si se determina que la orden de un presidente de disparar armas nucleares, aun cuando fuera de manera preventiva, es legal y razonable, no hay nadie que lo pueda parar.
No lo puede detener el Congreso ni su secretario de Defensa. Y consecuentemente, tampoco podrían detenerlo los funcionarios militares a los que su posición obliga a ejecutar la orden.
Un presidente que decidiera lanzar un ataque nuclear —ya sea en represalia por un impacto atómico o en anticipación a uno— primero tendría que sostener una conferencia de emergencia con el secretario de Defensa, el presidente del Estado Mayor Conjunto y otros asesores. El comandante del Comando Estratégico, actualmente el general de la Fuerza Aérea John Hyten, tendría que informar al mandatario sobre las opciones de ataque, y el presidente tomaría la decisión.
El mandatario comunicaría su decisión y transmitiría su autorización a través de un dispositivo llamado balón nuclear, un maletín cargado por un asistente militar. Está equipado con herramientas de comunicación y un libro con planes de guerra preestablecidos.
En caso que el presidente decidiera ordenar el ataque, tendría que identificarse con códigos exclusivos para él ante las autoridades en el Pentágono. Esos códigos están registrados en una tarjeta conocida como "la galleta", que el mandatario porta en todo momento. Posteriormente transmitiría la orden de lanzamiento al Pentágono y al Comando Estratégico.
Blair, el exfuncionario de lanzamiento de misiles, señaló que no hay manera de revertir una orden presidencial. Y no hay forma de detener los misiles una vez que hayan sido lanzados.