Editor en España, lector universitario en Inglaterra, diplomático en Europa Oriental, traductor en todas partes y, por encima de todo, lector compulsivo y escritor dueño de un imaginario sin diques.
Poco antes de la Revolución Cultural, el escritor mexicano fue corrector de la revista 'China reconstruye' en Pekín, de donde salió huyendo. De ese episodio proceden varias de sus historias de opresión y de fuga.