'Cuba tiene que responder a desafíos que no son de política exterior, sino doméstica'

"Cuba tiene que responder a desafíos que no son de política exterior, sino de política doméstica, que todos estamos viendo", advirtió el profesor Andrés Serbin, presidente emérito de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales, durante el programa Los Puntos a las Íes, de DIARIO DE CUBA, que examinó el ingreso de la Isla como miembro asociado de los BRICS.

En su opinión, Cuba ha tenido históricamente un "protagonismo internacional desproporcionado, con respecto a su capacidad demográfica y territorial", por lo que la entrada al club de los BRICS "da continuidad a la participación en el Movimiento de No Alineados y a los organismos que se trataban de deslindar de la perspectiva occidental".

Armando Chaguaceda, politólogo y profesor universitario, consideró que el régimen de La Habana "cree que, en ese espacio, puede acceder a crédito e inversiones" para hacer frente a la hecatombe nacional.

"Es un triunfo limitado y parcial, a contraposición, por ejemplo, del que no tuvo Venezuela. Esto nos dice mucho de las capacidades de influencia del Estado cubano en el ámbito de la diplomacia global", añadió el analista.

En su opinión, es un error comparar los BRICS con el tristemente célebre Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), de la órbita soviética, ya que este último "era un mecanismo de integración entre economías totalmente planificadas, con Estados dirigidos por partidos comunistas", mientras que los BRICS "son economías de mercado con regímenes que oscilan desde autocracias cerradas, como China y Rusia, hasta híbridos como la India, o democracias liberales como Brasil".

"Brasil no es Rusia, Rusia no es la India. Esto no es una integración ideológica, sino un espacio de concertación muy diverso, que para nada puede ser comparado con el CAME", insistió Chaguaceda.

Serbin coincidió en que estamos frente a un club con gran diversidad, diferencias y asimetrías.

"Hay más autoritarios y menos autoritarios, pero la distinción más importante es quiénes son los que constituyen el eje antioccidental por excelencia. Y en ese contexto, habrá que ver cómo se ubica Cuba, porque tiene que responder a otros desafíos que demandan un gran esfuerzo y probablemente algún tipo de cambios", indicó.

A la pregunta de si la situación de Cuba y la negativa de China a subsidiar la Isla pueden augurar un punto de giro en las decisiones económicas de La Habana, ninguno de los expertos respondió afirmativamente.

"No sé. Ese punto de giro debió haberse dado hace mucho tiempo. Cuba es una economía fracasada. Entonces, no sé cuál es el criterio de situación límite y racionalidad extrema de la cúpula predadora del Estado cubano, para aplicar un conjunto de reformas", lamentó Chaguaceda.

Andrés Serbin tampoco vislumbra un cambio económico importante: "Eso está por verse. Obviamente, no tenemos una bola de cristal, pero por el momento no hay nada. Más bien estamos viendo una gestión, muy dificultosa, de una situación crítica por la acumulación de errores. De hecho, hay ya una fatiga de China y otros países que estaban dispuestos a cooperar con Cuba, en el sentido de que 'ya está bueno'".