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Inversiones

De inversiones, chinos, militares y otros demonios en Cuba

¿Por qué los empresarios chinos ignoran totalmente a Cuba, pudiendo ahorrar costes incluyéndola en las cadenas de valor de sus nuevos productos 'made in Mexico'?

La Habana
China impulsa con inversiones la industria automotriz de México.
China impulsa con inversiones la industria automotriz de México. Reportacero

En 2022, mientras la inversión china se contraía casi un 7% en América Latina, en México se disparaba en un 48%. 2.520 millones de dólares se abrieron paso desde la Gran Muralla hasta el Zócalo, impulsando las industrias manufacturera y automotriz localizadas al norte de la nación azteca.

En 2023 fue aun más espectacular el salto de capital. Tan solo el consorcio chino LGMG Group anunció un proyecto en Nuevo León —estado fronterizo con Texas— por valor de 5.000 millones de dólares para construir un parque industrial.

Y es que, aunque la tensión comercial entre EEUU y China está empobreciendo al mundo, algunos peces pequeños han sabido sacar provecho de esa lucha de ballenas. Vietnam, Malasia y otros están atrayendo capitales norteamericanos que antes iban a China, y en el caso de México, por posición geográfica y tratados firmados con Washington, está atrayendo además de norteamericano, mucho capital chino que intenta sortear las barreras comerciales impuestas por EEUU.

Como golondrinas que alzan el vuelo en el Lejano Oriente buscando posarse cerca de EEUU, miles de millones de dólares sobrevuelan Cuba sin que, siquiera unos pocos, hagan escala en la isla caribeña, que por localización e historia (anterior a los Castro) debería estar recibiendo bandadas de estas golondrinas millonarias que harían florecer la industria y la agricultura nacional.

No aterriza esa inversión en el país aun cuando, por obra y gracia de 65 años de revolución hambreante, Cuba muestra —para vergüenza nacional— la que posiblemente sea la masa de trabajadores más barata del mundo en relación calidad-precio. Mérito del socialismo es haber formado miles de ingenieros, médicos y técnicos de todo tipo, que hoy se sentirían bendecidos por el espíritu divino si alguien les pagase, al menos, 100 fulitas al mes. ¿Cuántos empresarios chinos con experiencia en explotar capitalistamente a obreros socialistas no disfrutarían el lujo de abusar de estos desesperados profesionales cubanos?... Pagando su debida cuota al dueño de la finca, claro está.

¿Será el embargo norteamericano responsable de que la hermosa Cuba parezca la chica fea en la esquina del salón de una danza de los millones, donde nadie la invita a una pieza?

Supongamos que, efectivamente, el embargo prohíba (luego veremos que no es tan así) las exportaciones directas desde Cuba a EEUU. Si ese fuera el caso, aun sería muy lucrativo para los empresarios chinos aprovechar la mano de obra cubana, extremadamente barata y relativamente calificada, para elaborar proyectos, planos, piezas, partes y servicios para la industria textil, automotriz, telecomunicaciones, renovables o cualquiera otra de las muchísimas que pudieran insertarse en cadenas de producción que terminen en México.

Es muy común hoy que las mercancías se elaboren en muchos países simultáneamente, en cada iPhone, por ejemplo, hay partes elaboradas por empresas de más de 30 nacionalidades. Entonces, ¿por qué los empresarios chinos ignoran totalmente a Cuba, pudiendo ahorrar costes incluyéndola en las cadenas de valor de sus nuevos productos made in Mexico?

Nada detiene la creatividad empresarial para innovar maneras de disminuir costos, nada excepto miedo y desconfianza. Y ahí está el problema: el miedo y la desconfianza que incluso los "amigos" chinos sienten del Partido Comunista de Cuba (PCC). No olvidar que ellos sufren su propio partido comunista y, si han podido prosperar, es porque aquella formación ha adoptado ideas que el PCC caribeño se niega a incorporar, conservando su cruda esencia anticapitalista. Parece que los chinos, por experiencia propia, no se fían de los comunistas.

Volviendo al embargo, este está diseñado para torpedear el desarrollo de un Gobierno —el cubano—abiertamente enemigo de EEUU, un Gobierno que nació declarándole la guerra al Norte financiando, armando e incluso participando en guerras del lado opuesto al norteamericano, a la vez que incendiaba medio mundo con una retórica antiyanki y se alía con cuanto gobierno terrorista —Rusia, Irán, Corea del Norte, Venezuela— exista.

Pero no está concebido el embargo para empobrecer a la sociedad civil cubana y, por eso, siempre han existido mecanismos a disposición de las Cámaras y el Ejecutivo en Washington —mecanismos recientemente ejercidos por Joe Biden— para promover el desarrollo de los cubanos independientes —ni siquiera contrarios— al Gobierno cubano. Es el castrismo quien ha ahogado todo atisbo de sociedad civil en Cuba, aplastando cualquier posibilidad de un sector privado que hoy pudiese componer el tejido empresarial necesario para aprovechar la oportunidad de estas inversiones chinas para, incluso, exportar directamente a EEUU.

Es el castrismo, no el embargo, quien bloquea el libre comercio internacional de los cubanos, lo que Raúl llama "el principio socialista del monopolio del Estado sobre el comercio exterior". Es el castrismo, no el embargo, quien bloquea que las inversiones extranjeras lleguen directamente a empresarios privados forzándolas a pasar por el Gobierno, incluso para contratar mano de obra.

Que ni el Estado mediante empresas estatales, ni foráneos mediante inversión extranjera, ni empresarios locales —privados o testaferros— mediante MIPYMES, estén empleando mucho más a los baratísimos profesionales cubanos, indica cuán torcida y perversa es la política de un Gobierno incapaz de sacarle provecho al ejército de harapientos que ha creado, bien educados, pero necesitados de que les paguen cuatro quilos para sobrevivir en el paraíso socialista, porque la dignidad, a veces, no es suficiente para evitar la anemia o el escorbuto.

Sencillos cambios políticos y económicos obrarían enormes efectos en los volúmenes de inversión recibidos. Inversión que, incluso, podría salvar lo que queda del régimen. Sin embargo, el castrismo está agotado o paralizado por tensiones internas. Mientras Miguel Díaz-Canel, cínicamente, se dedica a demoler el socialismo y promover la desigualdad en nombre de una justicia social mayor cuanto más miseria hay en Cuba, los militares van comiéndose al país y posicionándose para, llegado lo inevitable, pasarse de miembros ilustres del PCC, a abanderados del PDC (Partido del Dólar en Cuba).

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4 comentarios

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Profile picture for user Ramon Santis

Como sea; ni los rusos ni los chinos (menos todavia) hacen nada por "invertir" en el agujero negro de la "economia o el sistema financiero cubano" por que? ellos conocen mejor que nadie de la pata que cojea el gobierno cubano que no paga sus deudas y siempre victimizandose por el "bloqueo" y mil justificaciones mas; lo cierto es que No pagan sus deudas! Y asi nadie les va a dar financiamiento, ni invesiones, ni asociaciones, ni joint-ventures ni nada! Asi que; si sus socios politicos e ideologicos no los "ayudan" quien cojines los va a ayudar? Los americanos? a los cuales declaradamente son los enemigos? No coman pi&^@ y dejen la muela idiota, victimizandose y enganosa. Nadie los ayudara; ni los bolos ni los narra, ni nadie. Una donacion de un barquito con trigo de 5 categoria; otro dia con arroz de barreduras, y asi, los van llevando. En concreto nada y cada dia mas dependientes y miserables en mayor cuantia el pendejo de a pie, que parece que aun no aprendido a a "guapear" la comida.

...aqui les gusta hacerse los tontos...los productos chinos "made in mexico" tienen como objetivo final el mercado de los USA...incluir a Cuba en esa "cadena" los puede convertir en violadores de ese BLOQUEO que no existe y buscarse una sancion o la prohibicion de que sus productos lleguen a los USA...pueden haber otras consideraciones pero todos aqui saben que por ahi asoma la garra peluda del BLOQUEO que no existe como motivo principal...pero la memoria selectiva les falla...

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Como apunta Benítez, ni los chinos ni los rusos, que están más esquilmados, invierten en Cuba. En la Isla no existe una economía funcional basada en el mercado libre que estimule los incentivos económicos y la producción por lo que no se genera ganancias, sino subvenciones. China y Rusia se limitan al simbolismo para mantener al aliado estratégico castrista, con un barco de petróleo por allí, otro de arroz por allá y así van tirando. Pero ellos bien sabe que el régimen está empantanado en su arrogancia del "socialismo o muerte" y eso no produce boniatos por que la el pueblo ya no les interesa producirlos.

Profile picture for user Pedro Benitez

Para invertir, los chinos necesitan una estructura económica que no existe en Cuba, y que Raúl Castro no está dispuesto a facilitar. En Brasil han firmado muchos contratos con China relacionados a la producción de azúcar. En Cuba no es posible ejecutar esa masividad agroindustrial, porque el sistema de gobierno está desconectado de los estándares globales. Sin embargo, con la fricción creciente de China con Filipinas y Taiwán, los chinos puede obviar la realidad cubana de (barril sin fondo) e ingeniar subsidios tapiñados.