Aparte de promesas de socorro y palabras bienintencionadas en la denigrante —para Cuba— gira de jineteo oficial protagonizada por Díaz-Canel, de momento solo se ha concretado algún alivio en el pago de la deuda externa.
La deuda externa cubana tiene un altísimo componente político, pues los dineros no han venido por las perspectivas económicas de la Isla, sino porque a algunos Gobiernos extranjeros les conviene financiar al castrismo. Este, incapaz de acunar una economía próspera, solo tiene para vender su política exterior; de ahí este tour ofreciendo a Cuba como mercenaria de las tiranías más abyectas del globo ante las instituciones internacionales.
Pero ese financiamiento tiene límites, más cuando la Isla se ha convertido en reliquia maloliente incluso para la nueva izquierda latinoamericana, con lo que su peso político está mermado: no es lo mismo financiar al mítico Fidel Castro, que a su cobarde hermano y su incompetente testaferro.
Así, estos últimos días hemos atestiguado indicios de que la deuda con los "amigos" está inquietando tanto, que el "presidente" en persona tuvo que pedir un avión prestado a su dictador favorito —Nicolás Maduro— para ir a rogar clemencia al resto de la cofradía de tiranos.
¿Hasta qué punto la deuda amenaza el castrismo?
Según el libro This Time is Different: Eight Centuries of Financial Folly, de la economista cubanoamericana Carmen Reinhart, el nivel de endeudamiento público, y específicamente la deuda externa para países sin divisa propia internacionalmente aceptada, es el indicador fundamental del colapso de una economía. Ese estudio usa la ratio Deuda/PIB como proxy para estimar la insostenibilidad del endeudamiento y la proximidad del colapso.
No todos los países tienen la misma resistencia. Algunos han quebrado con deudas del 50% del PIB, mientras otros, como Japón, llevan décadas endeudados al 200% del valor de su producción anual, sin que nadie tema un impago. Entonces, el umbral de quiebra para cada país depende de otras variables, en las cuales debemos fijarnos para prever la sostenibilidad de la ratio Deuda /PIB.
Lo primero a observar es el Déficit Primario —diferencial entre ingresos y gastos estatales sin contar los pagos de interés—, que nos dice si hoy, al margen de decisiones pasadas, el país es sostenible, o si su nivel de gasto requiere nuevos endeudamientos, lo que, por supuesto, dificultaría el pago de deudas contraídas anteriormente. ¿Será sostenible el gasto del Gobierno cubano hoy?
La enorme inflación que padece Cuba indica que el Gobierno está gastando, mediante monetización de deuda interna, mucho más de lo que ingresa fiscalmente; y el saldo negativo de su balanza comercial (exportaciones menos importaciones), superior a 7.000 millones de dólares, deja meridianamente claro que la liquidez para pagarle a los acreedores foráneos está muy comprometida… si alguna queda.
Otro factor muy relevante es el interés medio de la deuda contratada, pues el coste financiero fluctúa según este. Ahora que los principales bancos centrales están subiendo los tipos de interés, debe actualizarse el stock histórico de la deuda según los nuevos tipos, que hacen que los vencimientos parciales sean más onerosos, y que el colateral que respalda el principal tenga que aumentarse.
En economías sin divisa propia internacionalmente aceptada, como la cubana, otro factor crucial es el valor del dólar, moneda en la cual se denomina mucha de la deuda adquirida por estos países. Un dólar encarecido dispara el endeudamiento externo, como pasó en Latinoamérica en los años 80, cuando, como mismo está haciendo hoy la Reserva Federal, un alza acelerada de los tipos de interés norteamericanos valorizó la moneda verde, metiendo al continente en una "década perdida".
Pero quizás la variable fundamental sea el crecimiento económico. Un país que crece —por efecto de estar el PIB en el denominador de la formula Deuda/PIB— automáticamente, incluso sin pagar, disminuye la carga de la deuda para su economía. Al contrario, a un país que decrece, como Cuba, aun cuando no se endeude más, se le hace progresivamente más pesado el fardo de los compromisos financieros existentes.
Entonces, teniendo en cuenta el enorme Déficit Primario, empeorado con un Déficit Financiero (aquí sí se incluye el pago de los intereses) creciente por efecto de la revalorización del dólar y el aumento de los tipos de interés, más la inflación interna y, principalmente, por la improductividad congénita de la economía castrista, podemos entender por qué, aun cuando el ratio Deuda/PIB cubano del 26% ( 28.671 millones / 107.000 millones) es bastante bajo en comparación a la media mundial, es una pistola cargada apuntando a la sien del castrismo.
La cuestión no es que Cuba tenga mucha deuda, sino que su ineptitud económica condiciona que lo poco que debe se le haga, ya desde hace muchos años, imposible de pagar, aun cuando se ha beneficiado de importantísimas quitas. En 2011, China le perdonó 6.000 millones de dólares; en 2013, México, 487 millones; en 2014, Rusia, 35.000 millones; y en 2015, el Club de Paris le condonó 8.500 millones.
Con este historial y el mundo entero observando cómo la economía cubana lejos de mejorar empeora, un castrismo ahogado en deuda externa "amiga", pero necesitado de más financiación para al menos remendar el sistema electroenergético y no dejar al país a oscuras, se ha visto forzado a mendigar, un papel que, todo hay que reconocerlo, no le queda nada mal al compañero Díaz-Canel, pero ¿será eso suficiente para evitar un colapso económico y declarar un impago internacional?
Efectivamente, el "presidente" D-C se presta muy bien para tal encomienda.
¡¡¡¡¡ ____ C U B A ____ E S T A D O ____ F A L L I D O ____ !!!!!
Fallido solamente para la gente de a pie, no para los que mandan, y "el pueblo" no importa.
Cuba no produce casi nada,asi no es facil comercial.