Con una nueva disposición que permite a los establecimientos gastronómicos estatales aprobados como unidades empresariales de base solicitar financiamientos bancarios, las autoridades cubanas pretender "sacudir la ineficiencia" de este tipo de empresas, informó un reporte del diario estatal Granma.
De acuerdo con la Resolución 113/2021 del Banco Central de Cuba, publicada en la Gaceta Oficial del pasado 10 de marzo, la solicitud debe acompañarse de la designación mediante la resolución o el documento que corresponda, de las dos personas naturales con firmas autorizadas para operar la cuenta bancaria.
El documento señala que el financiamiento que decida otorgar la entidad bancaria para la compra de insumos será ejecutado mediante la modalidad de líneas de crédito revolvente, y se debe ejecutar con un propósito específico.
Además, los establecimientos gastronómicos estatales, generalmente improductivos en la Isla, podrán solicitar financiamiento para inversiones, para los activos fijos que adquieran y para las reparaciones de inmuebles.
Antes de otorgar los financiamientos, las entidades bancarias evaluarán, dentro de los análisis de riesgo, el propósito del financiamiento solicitado, el flujo de caja proyectado, la deuda bancaria de la empresa que asume la entidad gastronómica, y el importe y frecuencia de los aportes para financiar los gastos de la oficina central.
Mientras tanto, las autoridades de Ciego de Ávila defienden que la aplicación de estas nuevas formas de "gestión no estatal" en las unidades gastronómicas de la región ayudan a disminuir la ineficiencia del servicio, el descontrol económico y las trabas burocráticas.
Administradores de restaurantes que se acogieron a esta nueva modalidad, clasificada como "unidades empresariales de base con autonomía financiera y comercial", dijeron a Granma que el nuevo modelo de gestión "constituye un avance, fortalece el sentido de pertenencia, proporciona opciones, da autonomía para establecer contratos con varias entidades y amplía las posibilidades, desde vender una cajita de cartón y ofertar el almuerzo en la calle, hasta llegar a los campos y comprar productos al campesino, con el efectivo del que disponen o con los cheques que pueden emitir".
Pese a los intentos de las autoridades cubanas por volver rentables los restaurantes y cafeterías estatales, el economista Juan Triana reconoció en un texto publicado en OnCuba que este tipo de establecimientos son "de los que más dolores de cabeza le han traído al Gobierno y más pérdidas a la economía nacional".
"Que ese sector (…) se ha convertido en un agujero negro por donde desaparece, por diversas razones y hacia diferentes destinos, una parte de la riqueza que el pueblo crea, tampoco es noticia", agregó el economista.
"Durante estos casi cincuenta años el Estado ha intentado una y otra vez controlar, enmendar, rectificar, perfeccionar, los 'mecanismos' bajo los cuales opera el sector. Pero los resultados obtenidos en todos estos diferentes intentos han quedado lejos del propósito", recordó.
Basta observar que solo en el año 2018, según el Anuario Estadístico oficial, el Estado destinó recursos de inversión a los sectores del comercio, las reparaciones de bienes personales, restaurantes y hoteles la cifra de 592,8 millones de pesos, mientras a la Ciencia destinó 57 millones, a la Educación 339,9 y a la Salud Pública 301,2.