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Violencia policial

Muere el joven de Bayamo que recibió un disparo de un policía cubano

El suceso 'plantea serias preocupaciones sobre el cumplimiento de las obligaciones estatales en Cuba', advierte Cubalex, que exige 'una investigación rigurosa y transparente'.

Bayamo
El cubano Ernesto Figueredo Alarcón.
El cubano Ernesto Figueredo Alarcón. E. Figueredo Alarcón / Facebook

El joven Ernesto Figueredo Alarcón, de 23 años, quien recibió en Bayamo, Granma, un disparo accidental de un policía cubano que presuntamente tiene "problemas mentales", según testimonios de varios allegados a la víctima, habría fallecido como consecuencia de las heridas.

De acuerdo con la ONG de asesoría legal Cubalex, ese hecho "plantea serias preocupaciones sobre el cumplimiento de las obligaciones estatales en Cuba y subraya la urgente necesidad de una investigación rigurosa y transparente".

Según una publicación de la organización de la sociedad civil independiente, que no ofreció detalles acerca del fallecimiento del joven herido, lo ocurrido es "especialmente crítico cuando existen obligaciones internacionales y protocolos para casos que pudieran representar muertes potencialmente ilícitas y, en particular, ejecuciones extrajudiciales, que deben ser observadas por los Estados".

"La falta de transparencia e información por parte de las autoridades sugiere una grave deficiencia en el cumplimiento de sus obligaciones de investigar y sancionar adecuadamente los casos de muertes potencialmente ilícitas", enfatizó la denuncia.

Por el momento, ninguna fuente oficial ha referido lo sucedido tras el suceso, ocurrido el pasado 19 de julio. Tras recibir el disparo, Figueredo Alarcón habría sufrido muerte cerebral y fue internado en la Sala de Terapia Intensiva del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Carlos Manuel de Céspedes, de la capital granmense.

Allegados a la víctima dijeron que lo ocurrido se debió a un lamentable accidente y que la persona a la que presuntamente se le escapó el disparo tenía una estrecha amistad con la víctima. No obstante, el régimen cubano sería responsable, al haber colocado un arma en las manos de una persona que no estaría apta para portarla ni para pertenecer a la Policía.

La usuaria de Facebook Delia Ramírez, quien afirma ser amiga desde la infancia del joven herido y confirmó en sus redes la muerte del joven, explicó en una publicación que "el que lo hizo es un policía, es su amigo, estaban en su casa, casa que queda arriba de la de Ernesto, se llevan bien y andaban juntos de toda la vida".

El único testigo del hecho habría sido un sobrino de seis años de Figueredo Alarcón, que se encontraba "demasiado traumatizado por lo que presenció", según Ramírez. La internauta dijo que el presunto autor del disparo estaba detenido y lo describió como una persona que "tiene problemas mentales".

De acuerdo a esta usuaria, el hombre trabajaba antes en la campaña antivectorial y luego pasó un curso y se hizo policía. "Le dieron un arma a una persona que no está en sus sentidos", escribió Ramírez, y calificó de "más anormal" a la persona que le entregó una pistola al presunto tirador.

"Ellos se llevaban bien y aun así le desgració la vida a Ernesto, un joven sano", lamentó la internauta.

Otro amigo del joven herido, que no quiso que se revelara su identidad, confirmó a Martí Noticias que el presunto victimario había entrado a la PNR recientemente. 

"Lo que sí tengo claro es que es una perdida durísima para la mamá de Ernesto. Era un muchacho luchador, no estaba en problemas y solo son ellos dos. Él trabajaba y estudiaba enfermería", añadió.

Juan Carlos Flores, vecino del lugar donde se produjeron los hechos, afirmó que la culpa de lo que calificó como un accidente es de las autoridades, que otorgaron al tirador la condición de policía.

"Estaba jugando con la pistola como un sheriff. Él le quitó el peine a la pistola, pero a eso siempre le queda una bala en la recámara. Parece que cuando pasó el curso de policías no le explicaron eso o él no atendió cuando estaban explicando, y esa bala fue la que se le fue", dijo.

"El comentario del barrio es que el que lo puso en la Policía tendrá que pagar las consecuencias también, porque ese muchacho está medio 'chiflado' de la cabeza. Pero lo de esta gente (las autoridades) es hacer policías para que le cuiden lo de ellos y les importa poco si estás bien de la cabeza. Ellos ahí en El Naranjal tienen una fábrica de policías, (en la) que casi todos son locos o analfabetos, para ellos poder utilizarle la mente", sostuvo Flores.

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