El rapero y preso político cubano Maykel Castillo "Osorbo" —encarcelado desde 2021 en la prisión de máxima seguridad conocida como Kilo 8, de Pinar del Río— fue sacado de la celda de castigo en la que se encontraba por exigir su derecho a llamar por teléfono y ya pudo comunicarse con su familia.
La curadora y, como Osorbo, miembro del Movimiento San Isidro (MSI) Anamely Ramos, informó este martes en su muro de Facebook que el rapero ya pudo llamar desde la prisión y agradeció a todos los que se preocuparon y difundieron la noticia de que estaba incomunicado.
"Que estén menos mal también depende de nosotros", escribió Ramos, a quien el régimen forzó al exilio al negarle la entrada a Cuba desde 2022.
A finales de marzo, la curadora dio a conocer en Facebook que varios presos habían llamado a la esposa del ganador de dos Premios Latin Grammy por el tema "Patria y Vida" para avisarle "que a Maykel lo estaban llevando a celda de castigo porque no quieren darle el teléfono y ha protestado".
"Maykel sabe muy bien que nosotros, cuando pasan tres días sin él llamar, publicamos y damos la voz de alarma. Puede parecer una exageración, pero no lo es. Cada día, cada minuto que Maykel pasa allá adentro, está en peligro", subrayó entonces Ramos.
Ramos hizo referencia a la misiva enviada un día antes por la congresista de Estados Unidos Debbie Waserman Schultz al secretario de Estado, Antony Blinken, para que Washington haga énfasis en conseguir la liberación de "Osorbo", el artivista Luis Manuel Otero Alcántara y el resto de los presos políticos en las cárceles del régimen cubano.
La curadora exiliada enfatizó que el pedido llegaba "en momento muy tenso para Maykel, pero también para Luis, que no llama hace más de una semana y de quien no tenemos noticias(...)".
Cuando ha pasado casi una semana desde esa publicación de Anamely Ramos, aún no hay noticias sobre Luis Manuel Otero Alcántara, de quien se supo por última vez el 21 de marzo, de acuerdo con la activista y curadora Claudia Genlui, también exiliada.
Genlui contó este martes en Facebook que llamó a la prisión de máxima seguridad de Guanajay, en Artemisa, donde está recluido el líder del MSI, pero no pudo hablar con él.
"Desde el pasado 21 de marzo no tenemos ninguna información suya y desconocemos su estado de salud", explicó la activista y recordó que "los martes y jueves, Luis Manuel tiene derecho a una llamada por teléfono de unos pocos minutos, y hoy tampoco volvió a comunicarse con ninguno de sus familiares o amigos cercanos a los que usualmente llama", explicó la curadora.
"Esta tarde llamamos tres veces a la prisión de Guanajay y ninguno de los oficiales pudo respondernos con exactitud cuál es la situación particular de Luis Manuel. Solo dicen que 'no sucede nada', lo que, por supuesto, no nos ofrece ninguna garantía", apuntó.
"Nos sugirieron que esperásemos al jueves en la mañana, horario de Atención a la Población, para conocer con más detalles qué sucede con él, pero aquí cada día cuenta", afirmó la activista.
Este 1 de abril, el medio independiente El Estornudo publicó una entrevista realizada al líder del MSI mediante varias llamadas telefónicas antes del 14 de marzo.
En las declaraciones que ofreció a El Estornudo, Otero Alcántara definió su prisión política como una "escenografía de teatro" y la cárcel en sí misma como una "catedral del mal" donde dibuja los rostros y estados de ánimo a su alrededor y "pinta mucho" como escapatoria.
Maykel "Osorbo" fue arrestado por la Seguridad del Estado dos meses antes del estallido social de las protestas antigubernamentales de julio de 2021, conocidas como 11J, y condenado a nueve años de cárcel, que cumple en la prisión de máxima seguridad de Kilo 5 y medio, en Pinar del Río.
Amnistía International, Freedom House y el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias identificaron al rapero como preso de conciencia. El último órgano determinó que las represalias en su contra fueron "únicamente por su activismo a favor de la democracia", y exigió su liberación.
En la cárcel, Maykel ha sido sometido a violencia, tortura, vigilancia las 24 horas, confinamiento solitario y suspensión de visitas y contacto con su familia.
Otero Alcántara, preso desde el 11J, fue condenado a cinco años de privación de libertad por los supuestos delitos de desórdenes públicos, desacato y ultraje a los símbolos patrios. En febrero pasado el Tribunal Provincial Popular de Artemisa desestimó una solicitud de libertad condicional a su favor.
De 36 años de edad, el artivista ha realizado seis huelgas de hambre en los dos años que lleva en la cárcel, algo que ha deteriorado su salud, según apuntaron varias fuentes cercanas.
Amnistía Internacional y otras organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos insisten en la liberación del artivista cubano, elegido por la revista Time como "una de las 100 personas más influyentes de 2021".