El opositor Alejandro Garlobo, residente en Quivicán, fue detenido este jueves y llevado para Villa Marista, sede de la Seguridad del Estado en La Habana, según denuncias de varios activistas en redes sociales.
"Esta vez ni siquiera esperaron a que Garlobo acudiera a la citación. Fueron a su casa y lo 'secuestraron'. Él lleva semanas siendo reprimido con amenazas, arrestos y citaciones", dijo el activista Marcel Valdés en su perfil de Facebook.
El pasado 17 de febrero, este opositor, de 34 años de edad, fue interrogado por dos agentes de la policía política en Quivicán. Al día siguiente, el activista y exprisionero político denunció en una entrevista con la periodista Mónica Baró presiones por parte de la Seguridad del Estado para que abandone el país en menos de 90 días.
En esa entrevista, Garlobo aseguró haber sido asaltado por unos individuos a plena luz del día en la localidad habanera de Santiago de las Vegas. Los asaltantes le robaron el teléfono celular y una mochila, en la que llevaba una ayuda para la madre de un prisionero político.
De igual modo, el opositor santiaguero Eloy Calunga denunció que las autoridades cubanas lo están presionando para que salga del país en un plazo de 30 días, después de haber sido detenido a principios de enero y permanecer bajo arresto por 34 días, informó Radio Televisión Martí.
''El 11 de enero fuimos detenidos tres hermanos de lucha en Santiago de Cuba (...). De los tres, el único que está suelto soy yo. Los otros dos fueron trasladados para Villa Marista, en La Habana, y aún permanecen allí, incomunicados'', dijo este jueves Calunga al portal estadounidense.
A pesar de que el opositor fue liberado sin cargos, explicó que "por una acción que tenía anteriormente", lo presionan para que abandone el país en un plazo de 60 días desde la fecha que salió en libertad.
"Me quedan 30 días, y si no abandono el país en ese plazo me revocarían una causa que tengo pendiente de un juicio que se me hizo el 9 de enero del pasado año, en el que se me acusó del (delito de) instigación a delinquir y se me condenó a dos años de trabajo forzado sin internamiento", añadió el opositor, quien pertenece al Partido Nacionalista Cubano. Al revocar su condena, el régimen lo enviaría otra vez a la cárcel.
"Estoy prácticamente sin opciones. No tengo cómo salir del país porque no cuento con dinero como para ello. No me queda otra que seguir esperando los 30 días que me quedan y cuando me llegue una citación, presentarme", dice el opositor sobre el ultimátum del régimen.
''Si no me detienen, pues seguiré en la calle trabajando y haciendo las cosas que hago normal, pero en caso de que me detengan, ya no me queda otra'', concluyó Calunga.
