Existen ocho vías legales de liberación para los presos políticos en Cuba, y aunque la decisión de excarcelación depende de la voluntad política del régimen, "es importante agotar todas las formas legales existentes antes de recurrir a organizaciones internacionales", dijo en Los Puntos a las Íes el jurista y miembro de DIARIO DE CUBA Edel González Jiménez.
"Cualquier persona, familiar, allegado, organización nacional e internacional puede pedir la liberación de un preso político, activando las vías legales de excarcelación existentes. Lo normal, en cualquier país, sería que el propio sistema de justicia penal, de oficio, declarara la libertad de todas estas personas, atendiendo a diferentes criterios, como el de la no existencia de delito. Pero cuando hay intereses políticos, como en Cuba, todas las fases están presididas por los órganos de la Seguridad del Estado", dijo Jiménez.
Las vías legales de liberación existentes en Cuba se dividen en dos grupos. Están las de tipo político, de excarcelación anticipada, reguladas como amnistía e indulto, las cuales pueden aplicar a cualquier caso. Las de tipo ordinario implican un análisis específico de cada caso y son las de libertad condicional, la sustitutiva de la privación de libertad, la de suspensión de trabajo correccional con internamiento, la de suspensión de la medida de seguridad predelictiva, y la licencia extrapenal.
En el pasado, los presos políticos han sido utilizados como moneda de cambio por el régimen cubano para conseguir beneficios en negociaciones internacionales. El rumor de negociaciones en esa dirección se ha incrementado tras la reciente expatriación de más de 200 presos políticos nicaragüenses por el régimen de Daniel Ortega.
"Por eso es importante llevar a la par de las exigencias de excarcelación de presos políticos, las de modificaciones legales, cambios políticos y estructurales del régimen. Solo así se podrá impedir que otros cubanos sean encarcelados por ejercer sus derechos humanos", dijo por su parte, en Los Puntos a las Íes, el director de estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, Yaxys Cires.
Para Cires, desde el punto de vista humano, es positivo que la liberación de los presos políticos sea objeto de negociaciones con gobiernos extranjeros. El peligro, según comentó, está en que estos no le exijan al régimen cambios políticos que impidan que continúen las encarcelaciones, convertidas a la postre en un modo de chantaje del régimen para obtener beneficios políticos y económicos de otros países.
Por otra parte, es importante poner el foco no solo en la liberación de los presos políticos, sino en las condiciones de la misma. "En ese sentido coincidimos con el cardenal enviado por el Papa recientemente a Cuba. Beniamino Stella dijo que deseaba que estas personas fueran liberadas para que pudieran regresar a sus casas. Después, ellos, en su totalidad libertad, podrán decidir dónde permanecer, pero en ningún caso deberían aceptar la privación del derecho a vivir en su propio país", dijo Cires.
Aunque la respuesta del sistema penitenciario no sea positiva, tanto González como Cires opinan que hay que ser desgastantes con el uso de las vías legales existentes.
"La sociedad civil cubana, los familiares y el exilio no pueden sentarse a esperar por la voluntad política del régimen. Hay que ser proactivos, no creer en bolas, seguir exigiendo la excarcelación de los presos políticos. De lo contrario, no los liberarán o demorarán el proceso hasta que el régimen haya obtenido los mejores beneficios por la libertad de esas personas", opinó Cires.
El jurista Edel González opinó que, aunque el sistema judicial muchas veces no reacciona de manera positiva, "desde el punto de vista estadístico, si todos los familiares empiezan a agotar los mecanismos existentes, se produce un proceso de análisis interno en el país".
El inmediato nombramiento de un abogado también es fundamental en cada proceso, según González. "Igualmente, cualquier madre puede, desde su casa, preparar un escrito con la fecha del juicio y la condena, el tiempo que ha cumplido en prisión la persona en cuestión y pedir al sistema penitenciario que evalué la libertad anticipada en las diferentes variantes que acoge la legislación", concluyó
El sistema no es reformable. Tiene que ser eliminado y cambiado por otro totalmente distinto.