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Activismo

Una escuela para cubanas 'atrevidas' que se enfrentan a la represión y a la violencia de género

'Escuela para Atrevidas me ha proporcionado herramientas para lograr unir a muchas mujeres interesadas en que se elimine la violencia de género en Cuba', dice la activista Sara Cuba.

La Habana
La activista cubana Sara Cuba.
La activista cubana Sara Cuba.

Aunque la represión contra la sociedad civil cubana, particularmente contra las activistas, continúa y se recrudece, varias se sienten más fortalecidas para enfrentarla y sumar mujeres a la lucha contra todos los tipos de violencia que enfrentan en la Isla.

Esa nueva fortaleza, aseguran, la agradecen a la psicóloga venezolana Susana Reina, directora de la ONG Feminismo Inc. y a su programa "Escuela para atrevidas", que impartió a las integrantes de la Alianza Cubana por la Inclusión (ACI).

El objetivo de "Escuela para atrevidas", explica Susana Reina a DIARIO DE CUBA es "ayudar a muchas mujeres a tomar conciencia de pertenecer a un grupo, un género que ha sido oprimido y que por condicionamiento cultural no puede usar su voz, su cuerpo y su emoción de la manera que desea, sino como dictan las normas y estereotipos sexistas".

"En temas de liderazgo y activismo feminista, copiar recetas de otras mujeres ya sabemos que, por contexto, por cultura, por condiciones del entorno, no funciona. Entonces, lo que tenemos que hacer es aprender a mirar los eventos y resignificarlos, darles una explicación alternativa, pararme en otro lado del sistema para ver qué observo ahora que antes no veía. Entender que soy una observadora limitada y, con humildad, aprender cosas nuevas. Pero sobre todo aprender a mirar". 

"Creo que el principal aporte de un curso como este es descubrir con ojos nuevos otras posibilidades ante la vida y eso va a ser diferente dependiendo de quien lo viva. De pronto para ti es un cambio en tu relación de pareja, para otra puede ser un cambio en su forma de escuchar o en la forma cómo entiendes las relaciones con un compañero de trabajo, de universidad o la manera cómo se empieza a llevar con su madre", dice la feminista venezolana.

Para Zelandia Pérez, integrante de ACI, "Escuela para atrevidas" ha sido "una enseñanza muy grande; me ha servido de mucho, porque si antes tenía claro cuál era mi objetivo y mi meta en la vida, ahora lo tengo más. Pero además me siento segura de mí misma, tengo la capacidad y la seguridad de poderme expresar en cualquier lugar y en el momento y la situación que sea. Esto te lo da 'Escuela para atrevidas', además de enseñarte cómo poder replicar este conocimiento que tu adquieres aquí, este poder que tú adquieres aquí a otras personas, no sólo las mujeres sino también llegar a los hombres para lograr esa visibilidad que queremos en cuanto a lo que es violencia de género".

"Sabemos que no vamos a lograr erradicarla completamente, pero sí lograr bajar un poco la cifra o por lo menos detener un poco esta violencia que se está viendo tan marcada hoy en día en Cuba. Pero, además, Escuela de Atrevidas te da la motivación para tú sentirte empoderada para poder seguir adelante la lucha que tenemos”, añade.

Escuela para Atrevidas ha sido "una herramienta para fortalecer y alzar nuestras voces como mujer. Nos ha ayudado a adquirir conocimientos para ayudar a otras mujeres, a sentirnos valientes cuando salimos a las calles. Hemos aprendido también a controlar nuestras emociones, saber que el miedo existe, pero que a su vez nos ha dado la herramienta para poder vencer ese miedo. Transmitirles a otras mujeres que no están solas, que hemos aprendido también a valorarnos, a empoderar a otras mujeres para de esa manera ser responsables y estar seguras de nuestras decisiones", expresa María Cristina Labrada.

El curso "ha sido de vital importancia para nosotras las mujeres aquí en Cuba ya que sabemos que vivimos bajo una dictadura, vivimos en un país donde la mujer no importa, no tenemos una ley que nos proteja y el atrevimiento nos ha enseñado a confiar en nosotras mismas, a reclamar, a aprender a negociar lo que queremos en nuestras vidas, a reclamar cuando no estamos de acuerdo con algo", explica. 

"Hemos aprendido cómo lograr cosas con las palabras, a alzar nuestras voces, cómo comunicarnos, cómo podemos lograr lo que queremos. Salimos de la escuela con mayor conocimiento acerca de nuestras potencialidades. Me siento más fortalecida, más empoderada, más fuerte, más segura de mí misma y de lo que yo quiero. Y siento también que puedo ser un ejemplo para otras mujeres, decirles que sí se puede lograr. Que atreverse es darles brillo y alegría a nuestras vidas", sostiene la también integrante de las Damas de Blanco.

Muchos lectores podrían pensar que las activistas cubanas llevan años enfrentando la represión y alzando sus voces, sin necesidad de ninguna escuela.

La activista Sara Cuba coincide; sin embargo, considera que "Escuela para Atrevidas" le ha proporcionado herramientas "para lograr unir a muchas mujeres cubanas; a todas aquellas que están interesadas en que se elimine la violencia de género en Cuba".

"Es importante agrupar mujeres para luchar contra todas las formas de violencia a las que estamos sometidas las cubanas, aunque no sean activistas, periodistas independientes, ni pertenezcan a la sociedad civil independiente cubana. Cualquier mujer cubana está expuesta a la violencia y a la desprotección, a pesar de lo que ha salido nuevo en el Código de las Familias y que ahora el Gobierno cubano habla de eso. Pero aún es insuficiente".

"Cuando logremos empoderara esas mujeres, cuando adquieran conciencia de que todas somos mujeres y de que tenemos un único enemigo, que es el Gobierno cubano y la impunidad del Gobierno en cuanto a los reclamos que hacemos por la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres, ahí creo que lograremos los objetivos de nuestra lucha. Escuela para Atrevidas nos enseñó a enseñar".

Sara Cuba se refiere a que ella y el resto de las integrantes de ACI se han dado a la tarea de replicar en sus comunidades los conocimientos adquiridos.

Esto ha implicado un segundo reto para Susana Reina. El primero fue "pasar un programa que era semipresencial a virtual total. Puse todo en una plataforma accesible para ellas", explica, pues las integrantes de ACI no salieron de Cuba para recibir el curso.

"Confieso que fue un reto gigantesco también poder trabajar con ellas por la brecha digital y el gap tecnológico que empecé a sentir. Parte del aprendizaje fue una habilitación digital", cuenta la feminista venezolana.

También le tocó vivir momentos de impotencia, por no poder ayudar en momentos como el paso de la tormenta tropical Fiona, que además "obligó a suspender el curso por unas tres semanas, siendo solidarias, empáticas, buscando no llevar un curso adelante cueste lo que cueste, sino adaptarlo a las circunstancias y eso requiere mucha escucha".

"Muchas tienen problemas de salud, de ellas o de sus familiares, con lo del Covid, el dengue, con múltiples afecciones sanitarias y psicológicas; maridos presos, ellas detenidas. Ha sido una experiencia que me ha movido mucho", confiesa.

El segundo reto ha sido diseñar un programa totalmente presencial, que no requiriera proyectar videos ni descargar materiales de internet, para que las activistas de ACI puedan impartir la "Escuela para Atrevidas" en las condiciones de Cuba.

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