El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) denunció el miércoles la muerte de un joven recluta recién ingresado al Servicio Militar Obligatorio en contra de su voluntad.
Se trata de Carel Gutiérrez, de 18 años de edad, residente en el barrio Calle Ancha, en el municipio Guanajay, en Artemisa, quien falleció aplastado la mañana del jueves 20 de noviembre, después de que le cayeran encima siete tubos de acero.
Según la información, publicada inicialmente por el suplemento del ICLEP El Majadero de Artemisa, la madre del joven, Blanca Rosa Durán, expulsó de su vivienda a una comitiva de altos militares que acudieron a darle el pésame por el fallecimiento de su hijo, ocurrido en la unidad Los Jejenes.
Los tubos colocados negligentemente en un techo rodaron bajo el influjo del viento cuando el joven chapeaba en el lugar, añadió la nota.
Durán dijo al medio local que lo que más le dolía era que su hijo hizo hasta lo imposible para no ingresar al Servicio Militar Obligatorio. "No quería y a seis días de estar forzado por esta dictadura en ese lugar sucede esto", declaró.
"Aún me parece estarlo viendo. Estaba muy triste y lloroso cuando lo montaron en el camión. Es solo un niño", dijo en referencia al día que entró en servicio.
Cuba es uno de los 30 países del mundo que mantienen el Servicio Militar de forma obligatoria, pues de acuerdo a las leyes nacionales es "una de las vías principales que permiten a los ciudadanos de uno y otro sexos (es decisión de las mujeres pasarlo) cumplir el honroso deber de servir con las armas a la Patria".
Además, quienes lo pasan pertenecen hasta la edad de 45 años al Servicio Militar de Reserva, lo que implica que "podrán ser movilizados por un plazo que no exceda el año, en uno o más períodos, durante los cuales se rigen por las leyes y disposiciones vigentes para los militares".
Los reclutas cubanos, además de estar sometidos a la disciplina militar, a menudo en remotas unidades, suelen ser sometidos a duras jornadas de trabajo en la agricultura, sin remuneración alguna.
El sistema empresarial de las FAR cubanas, cuya cúspide es el conglomerado empresarial de los militares GAESA, descansa en buena medida en el trabajo manual de los cientos de miles de jóvenes que cada año entran al Servicio Militar.
Recientemente Raúl Castro sugirió que tanto hombres como mujeres cumplan con el Servicio Militar antes de entrar a la universidad, como hacen desde 2012 los estudiantes del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI).