"Acabo de saber que Osmel González Darlington está en su casa. La alegría es grande, pero, ojo: no está libre. Le pusieron una medida cautelar de reclusión domiciliaria en lo que deciden qué hacer con él", denunció en su muro de Facebook el traductor Omar González González.
Como hiciera con muchos de los detenidos el 11J, el régimen aplica a los apresados durante la Jornada Cívica por el Cambio en Cuba del 15N este mecanismo de encarcelamiento en la propia vivienda sin que exista una decisión de un tribunal al respecto.
González Darlington, egresado del Instituto Superior de Arte (ISA) y uno de los firmantes de la carta en apoyo al 15N en La Habana, había sido detenido el 13 de noviembre en su casa, estuvo incomunicado hasta el lunes y detenido casi una semana.
El joven, quien trabajó como camarógrafo de la Televisión Cubana, "recibió tres citaciones de la Policía que no estaban en el formato que dicta la ley para tener valor legal (...) se negó a firmarlas y a acudir a la citación hasta que no le trajeran una que tuviese el formato establecido por la ley", precisó previamente González González.
En casi todo ese tiempo, a juzgar por la denuncias de sus allegados, González Darlington estuvo en el Centro de Instrucción Penal conocido como El Vivac en La Habana "para aplicarle un 'atestado directo', un juicio sumario sin abogado por desacato".
Asimismo, los perfiles de Facebook y de Messenger de González Darlington habrían sido borrados, aunque el primero volvió a estar disponible hace solo unas horas, según comprobó DIARIO DE CUBA.
La tía de Osmel, Addis Darlington, denunció en su propio muro de la red social que a su sobrino lo habían acusado por el delito de "desacato en la categoría de ir contra la Seguridad del Estado por COMPARTIR publicaciones en su perfil de Facebook, no escritas por él, invitando a asistir el 15N a la Marcha Cívica".
Sobre la búsqueda del joven tras conocer de su detención, relató: "Al llegar a estación de Aguilera una oficial desinformaba que no estaba ya ahí, que había sido trasladado el día anterior al Vivac en Boyeros, mientras otro trataba de cargar un lento sistema computarizado para saber de su presencia. Alguien dijo, por mi insistencia en que lo ubicara en el registro, que era el único que quedaba abajo. Así dejaron pasar una bolsa con aseo, nasobucos y un abrigo".
"Él estudió en la universidad, en la Facultad de Medios Audiovisuales, trabaja y aporta a la sociedad, no es delincuente, es inteligente, habla cinco idiomas, no se mete con nadie ni convence a nadie por lo que publica en su perfil. Es un joven de estos tiempos que vive su vida", argumentó la mujer.
"Que nadie tenga que preocuparse por las consecuencias de estos actos. Basta ya. Que nadie más tenga que estar encerrado y preocupar a otros por la reacción ante tantos interrogatorios sin fundamentos, buscando un algo que no hay y puede surgir por cansancio, si no ya tendrían elementos para el juicio que han virado por falta de información para completar el expediente y dar un número para entonces contratar abogado, mecanismo ilógico. Que podamos disfrutar del aire, de la naturaleza, de materializar los sueños y de la posibilidad de PENSAR", finalizó.