La historiadora del arte Carolina Barrero denunció el robo de pertenencias durante el allanamiento y arresto que sufrió el pasado jueves y tras el cual ha sido amenazada con ser enviada a una cárcel en Guantánamo.
"Desde que el 1 de julio me sacaran a la fuerza de mi casa y la registraran sin una orden judicial faltan mi reloj y unos audífonos inalámbricos. Ambas cosas son delito, se llaman secuestro y allanamiento de morada, a lo que también se suma el hurto. Pedir por la liberación de los presos políticos no es un delito, estas tres cosas sí lo son", dijo en una publicación en su perfil de Facebook.
"Hamlet Lavastida, que desde el pasado 26 de junio se encuentra detenido en Villa Marista, me hacía el favor de traerme la cantidad exacta de 1.300 euros provenientes de mi cuenta personal de ahorros, hecho que puedo probar con un justificante bancario. Me hacía el favor dada la circunstancia excepcional que atraviesa el país y las medidas económicas recientes que ha tomado el Gobierno. Si hago esta información personal pública se debe a que la Seguridad del Estado, en no pocas ocasiones, ha lanzado la acusación de que soy agente del servicio de inteligencia español, acusación delirante y sumamente grave que trasciende lo comprensible", explicó.
"Fabricar relatos, casos penales para desacreditar a todo el que disiente del poder, es la especialidad de la Seguridad del Estado cubano. Tanto les cuesta aceptar que la libertad de las ideas es el bien más preciado, lo que nos constituye como humanos. Tanto les cuesta aceptar que lo que nos envía y mueve es nuestra conciencia, y el deseo inmenso, la necesidad vital de decidir sobre nuestro destino común en el respeto y el reconociendo de la pluralidad de la sociedad", añadió.
El domingo, "cuando bajé a mirar a los ojos al agente que me sacó a la fuerza de mi casa, sus ojos me vieron como si fuera un objeto a desarmar, una cosa incómoda que desmantelar y desaparecer".
Según el relato de Carolina Barrero, entre las muchas cosas que le dijo el represor, aseguró que su prisión "estaba ya preparada en Guantánamo y que minuto a minuto, segundo a segundo", estaría sobre ella.
"Me pueden llevar a la última celda de la última prisión de Guantánamo ahora mismo, sus amenazas, toda su manipulación, no tiene poder sobre mí. Me lo pueden quitar todo, difamar, vigilar, torturar, hasta matar, lo que soy queda fuera de su alcance. El derecho de la revolución a existir no puede estar por encima del derecho de los ciudadanos, se traiciona a sí misma y a todo lo que dice defender desde que lo ha olvidado", declaró Barrero.
"¡Libertad para los presos políticos! ¡Libertad de pensamiento, conciencia y expresión! ¡Libertad!", concluyó.
La joven, miembro del grupo 27N, fue acusada de "incitación a delinquir", el mismo presunto delito que el aparato represivo del régimen cubano le imputa al artista Hamlet Lavastida.
Barrero denunció en una publicación anterior que lo sucedido el 1 de julio "fue un secuestro meticulosamente planificado, una operación cargada de la violencia que confiere a los opresores el sentido de la impunidad".
Barrero ha sido acusada antes por otros presuntos delitos por la policía política, entre ellos por desacato. Ha sido sometida a reclusión domiciliaria, a una detención en la que fue desnudada con violencia y golpeada, y sometida a diversas amenazas.