El Parlamento de Lituania expresó su solidaridad con la sociedad civil independiente cubana que reclama "sus derechos políticos, civiles, económicos y culturales más básicos" mientras es víctima "de la actual ola de represión" a manos del régimen, y exigió el cese del hostigamiento policial contra los "miembros de la oposición, disidentes y ciudadanos".
En una declaración hecha pública por el SEIMAS, siglas del Parlamento unicameral de ese país europeo, en cuyo seno reside el poder legislativo nacional, se demanda el "respeto a la vida y libertad de circulación —y la devolución inmediata de su obra de arte robada por la policía secreta— de Luis Manuel Otero Alcántara", así como la "liberación inmediata e incondicional de más de un centenar de presos políticos encarcelados por ejercer derechos universales, así como del grupo de activistas asociados al Movimiento San Isidro, hoy incomunicado en las Lubiankas y Gulags de Cuba, como Maykel Castillo (Osorbo), Denis Solís, Luis Robles Elizástegui y otros como los seis de Obispo, que fueron detenidos cuando exigían pacíficamente el acceso a Otero Alcántara".
Además, exige "el retiro inmediato de las fuerzas policiales que ahora imponen la detención domiciliaria ilegal de varios activistas prodemocracia, periodistas independientes y artistas, incluida la artista de renombre mundial Tania Bruguera".
La declaración, aprobada por 82 votos a favor y 17 abstenciones, también manifiesta "en los términos más enérgicos e inequívocos posibles, que el régimen cubano y su alianza con Rusia, Venezuela, Irán y organizaciones narcoterroristas como las FARC y el ELN representan una amenaza para todos los Gobiernos democráticos y sociedades abiertas".
Asimismo, subraya que "no es éticamente correcto alentar al Gobierno cubano a seguir su camino actual permaneciendo callado sobre estas realidades en curso, ni es una política inteligente facilitarles la posibilidad de aprovechar nuevos recursos que puedan permitir que ese régimen continúe sosteniendo sus estrategias regionales disruptivas mientras fortalece su control brutal sobre el pueblo cubano".
El SEIMAS lituano es el único parlamento de los países de la Unión Europea que no ha ratificado el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación firmado entre los países del bloque y La Habana. Ello supone un impedimento para la liberación de sumas sustanciales de financiamiento para proyectos europeos que han sido fuertemente criticados por financiar a organismos e instituciones del Gobierno de la Isla.
El legislativo lituano además subraya que "el régimen cubano, desde su alianza con la ex URSS, se ha mantenido como una sociedad totalitaria, sin separaciones de poderes, elecciones de partidos libres o imperio de la ley, mientras no se respetan las libertades fundamentales y los derechos humanos".
Recuerda también que la alianza entre Moscú y La Habana es vital para "sostener al Gobierno criminal de Venezuela y su coalición de actores estatales y no estatales dedicados a actividades ilícitas y la subversión de la democracia en el hemisferio occidental a través de estrategias de guerra asimétricas e híbridas".
Advierte además que "el Gobierno cubano fue invitado repetidamente a dejar atrás esas prácticas maliciosas y los líderes de la Unión Europea, Estados Unidos y América Latina, así como tres Papas que visitaron la Isla, le brindaron una mano amiga amistosa, y líderes del sector privado del mundo libre".
El SEIMAS subraya que tras "la fachada de un cambio generacional en algunos puestos formales de poder", el nuevo Gobierno de Cuba no ha hecho "ninguna verdadera reforma de su economía centralizada" y "no se abandonaron las herramientas de su policía totalitaria y su sistema de Justicia, sino que en realidad se han fortalecido".
Indica también que el monopolio militar cubano GAESA "ha surgido como un estado mafioso turbio dentro del Estado, que no es auditado por ninguna otra institución nacional, centraliza el 80% de la economía y casi cualquier actividad que genere divisas fuertes", y advierte que La Habana "sigue gastando miles de millones en su máquina de espionaje y represión".
"En medio de la crisis de 2020, sin prácticamente ningún turista llegando a la Isla y cuando hay una hambruna en curso, el Gobierno cubano invirtió en servicios empresariales, bienes raíces y actividades de alquiler, lo que incluye la inversión turística, el equivalente al 45,6% [de la inversión total] (4.138 millones de dólares), frente a los 538 millones [invertidos ] en la agricultura, ganadería y silvicultura", señala la declaración.
El SEIMAS consideró, finalmente, como "el insulto más flagrante a aquellos gobiernos democráticos que en el pasado extendieron al Gobierno cubano el beneficio de la duda la actual ola frenética de brutal represión contra, entre otras, las libertades de pensamiento, expresión, prensa, creación artística, movimiento, asociación, investigación académica y religión".