El periodista, opositor político y activista de la sociedad civil Juan Carlos Linares Balmaseda murió días atrás. Entre sus colegas corren encontradas las hipótesis que están entre el suicidio y el asesinato.
Al morir, Juan Carlos tenía 53 años, según se puede ver en su biografía en Facebook. Era un hombre amable y decidido, cualidades de las que pueden dar fe los opositores que por décadas coincidieron con él en una lucha por los derechos humanos que comenzó en su juventud.
En los últimos años, atendía a personas con discapacidad y se había vuelto un especialista en la reparación de sillas de ruedas para personas pobres. Lo hacía como miembro de la Red de Cultura Inclusiva. Coordinaba además el Club de Amistad Cuba-USA.
La tristeza que ha dejado entre sus colegas testimonia ese afecto cultivado en el tiempo.
José Antonio Fornaris, coordinador de la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP) y con una historia de amistad y trabajo con Juan Carlos, recordó que meses atrás, por medio de una amiga, supieron de un adolescente que no podía caminar y se movía arrastrándose. "Conseguimos una silla de ruedas para él, por supuesto de uso, y Juan Carlos trajo las piezas para arreglarla, le hizo una reparación capital. Entonces, yo alquilé un vehículo porque el joven vive en un caserío de Alquízar llamado La Europa, y se lo llevamos. Me sorprendió, no pensé que hubiera gente que viviera así. Vive una familiar en una habitación muy pequeña donde las paredes y el techo son de tejas. La luz la toman de un vecino que generosamente se las facilita".
León Padrón Azcuy, opositor político de larga trayectoria, fundador del Partido Liberal Cubano en 2002 y más tarde del Partido Liberal Nacional Cubano en 2007, dijo de Juan Carlos que "era afín a las ideas liberales".
"Como periodista siempre nos apoyó y confiaba en el liberalismo como la mejor manera de transitar los cambios políticos y económicos necesarios en Cuba. Era, además, una buena persona", agregó.
El escritor y opositor Ángel Santiesteban, preso político entre 2013 y 2015, comentó por su parte: "Juan Carlos era de mi barrio, en Luyanó, y cuando estaba preso en Lawton, iba a verme por el fondo del Asentamiento donde me retenían. Por ahí conversábamos, incluso una vez me hizo una entrevista, una mujer del MININT llamó a una patrulla y él tuvo que salir huyendo porque tenía miedo de que le quitaran la grabadora".
"A ninguno de quienes lo conocíamos nos convence la posibilidad de un suicidio. Algo parecido le ocurrió a Adrián Sosa en Santa Fe, apareció muerto detrás de la puerta", dijo Santiesteban. "Coincide que Adrián y Juan Carlos se encontraban en estos sitios solos. Algún día saldrá a la luz la verdad".
"Juan Carlos realizaba talleres para niños y adultos discapacitados. Era una excelente persona", añadió.
Con sospecha semejante se pronunció José Alberto Álvarez Bravo, coordinador de Ágora de Cuba, un proyecto que contiene un registro minucioso de los demócratas cubanos, su trabajo y su suerte, algo que logra no solo gracias a su laboriosidad sino también a su buena memoria.
Luego de escribir sentidas palabras sobre el fallecimiento de su amigo, publicó en Facebook lo siguiente: "Laura Poyán, Oswaldo Payá, Miguel Valdés, Ada María López, Adrián Sosa, Arcelio Molina, Daniel Millet, Hamell Mas, Julián Martínez, Mario Hechavarría, Nelson Pupo, Pablo Camero, Sebastián Brages, Julia E. Aramburo, Juan Carlos Linares, son algunas muertes inesperadas que recuerdo sin exprimir mi memoria".
Mi relación más estrecha con Juan Carlos tuvo lugar a propósito del secuestro y desaparición que sufrieron, a manos de represores castristas, César Iván Mendoza Regal y Roberto Jiménez en octubre de 2017. Roberto estuvo más de dos semanas secuestrado en una celda de la prisión 100 y Aldabó, y algo semejante aconteció con César, pero su secuestro y desaparición se extendió por cerca de un año. Al parecer, fue la consecuencia de que César Iván comenzara a colaborar con sus secuestradores, algo que siempre he considerado más el producto del horror que de la connivencia. Durante su "colaboración", el padre de César Iván se suicidó y César quedó sin más familia, pues un hermano y su madre habían muerto antes.
Por el solo hecho del terrible atropello sobre César Iván, sin conocerlo personalmente, Juan Carlos Linares emprendió una cruzada por esclarecer su estado de salud, paradero, y demandar su libertad. Algo que hicimos en colaboración, pero que él había emprendido antes y que llevó más lejos. Cuando comenzó a afirmarse que César Iván había salido de la prisión y llamé a Juan Carlos para decirle la novedad, él me dijo que hasta que no viera a César no confirmaría la noticia.
César Iván es de Pinar del Río y hasta allá fue Juan Carlos junto a Eduardo Ortiz Ramírez. Solo después de verlo, Juan Carlos dio por cierta la noticia. Los pormenores de su empeño por la libertad de César Iván están en su artículo "Desaparecido y 'convencido'", que publicó en el blog del Club de Amistad Cuba-USA. También en mi artículo "¿Está vivo César Iván Mendoza Regal?", publicado en DIARIO DE CUBA.
En octubre de 2018 el Comité Contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas, a propósito de una petición del Centro de Información Legal Cubalex, se interesó por la situación de César Iván, y emitió medidas cautelares a favor de Juan Carlos Linares Balmaseda, Eduardo Ortiz Ramírez, Roberto Jiménez y mío.
Los opositores sin familia, o a los que las familias no apoyan en su labor, son proclives a recibir acciones mucho más lesivas de su integridad moral y física por parte del castrismo. Eso le pasó a César Iván y motiva la sospecha que con razón pronuncia Ángel Santiesteban a propósito de la muerte de Juan Carlos.
Ángel Moya, Berta Soler, Guillermo Fariñas, Julio Aleaga, Silvio Benítez, María Cristina Labrada, Jorge Armando Robert, Dimas Castellanos, Rolando Rodríguez Lobaina, son algunos de los muchos nombres que, luego de décadas de oposición, manifiestan su pena por la muerte de Juan Carlos. Es el afecto de ellos el mejor homenaje a Juan Carlos Linares. Juntos han ayudado en estos años a dar contenido y sentido a nuestra lucha por la libertad bajo la peor dictadura que hemos sufrido jamás.
Ya empezaron a hablar mierda y a especular
Gracias por tan hermoso testimonio. No olvidaremos.
Si al mismo fidelito lo "suicidaron", a Osvaldo Payá lo accidentaron, ¿que podemos esperar para los demás?
Asi mismo