El periodista independiente cubano Abraham Jiménez Enoa denunció a través de sus redes sociales que la policía política lo amenazó con encarcelarlo si vuelve a publicar en el diario estadounidense The Washington Post, del que es reportero desde Cuba.
"Me dijeron que si vuelvo a publicar en The Washington Post me procesarán por usurpación de funciones, porque el medio no está acreditado en Cuba, que comenzarán una guerra contra mi familia y mis allegados, que todo esto era porque detrás de mí está el Gobierno de Estados Unidos", escribió el periodista en su perfil de Twitter y Facebook.
Jiménez Enoa, quien había sido citado para presentarse el jueves en una "supuesta estación policial" de La Habana, refirió que al llegar al lugar fue desnudado para someterlo a registro corporal, esposado y obligado a viajar "con la cabeza abajo" en un vehículo, custodiado por tres agentes de civil.
Tras arribar a Villa Marista, cuartel general de la policía política cubana, fue sometido a un interrogatorio de cinco horas, indicó.
"Después de muchas otras amenazas, al regreso no me esposaron, pero igualmente me trasladaron con la cabeza abajo", precisó, tras indicar que ya se encontraba en su vivienda.
"Este post es, sobre todo, para aquellas personas que creen que en Cuba no impera un régimen dictatorial", culminó su denuncia.
El profesor y comunicador cubano José Raúl Gallego compartió la nota de Jiménez Enoa, con un comentario dirigido al gremio de los comunicadores sociales cubano: "Directivos, profesores, exprofesores, graduados y estudiantes de la Faculta de Comunicación de la Universidad de La Habana. Aquí está el trato a uno de nuestros compañeros. A la gente de la casa, a los que conocemos y que nadie puede venir a hacernos cuentos ¿Seguimos mirando para el lado? ¿Hasta dónde se pueden ceder los principios? ¿Hasta dónde se es decente o buena persona callando ante algo así? ¿Vale la pena ese silencio? ¿Para qué?"
La "usurpación de funciones" es uno de los presuntos delitos por los que la Seguridad del Estado busca perseguir y acallar a la prensa independiente en Cuba, sobre la que mantiene un hostigamiento perenne.
