Al menos seis suicidios de reclusos cubanos fueron reportados desde el interior de tres de las cárceles de la Isla en los últimos meses, informó el proyecto Archivo Cuba, que recibió esas denuncias vía telefónica a través de activistas de derechos humanos que se comunicaron por esa vía con individuos en prisión.
"Debido a que todas las llamadas son monitoreadas, los reclusos que informaron sobre la muerte de sus compañeros de prisión fueron severamente castigados con 21 días en celdas de aislamiento, visitas familiares restringidas, la supresión de ciertos 'derechos' establecidos por la Dirección Nacional de Prisiones y la prohibición de hacer más llamadas telefónicas. No revelaremos las fuentes para evitar más represalias a los involucrados", indicó el reporte del proyecto.
Archivo Cuba, cuyo propósito es documentar casos de muertes ocasionadas por el Estado cubano a lo largo de su historia, para lo que ha acopiado una abundante base de datos, así como material testimonial, fotos y denuncias, aseguró que "es evidente que la tasa de suicidios, reales o reportados, es muy elevada".
"Siempre hemos sospechado que ocurren muchas muertes no reportadas de personas bajo custodia en Cuba. Los escasos informes sobre asesinatos extrajudiciales de personas bajo custodia han disminuido en los últimos años. Tal vez el creciente número de cubanos con acceso a teléfonos y redes sociales ha hecho que el régimen sea más cuidadoso, tal vez nuestras denuncias a nivel internacional hayan contribuido, o tal vez hay menos informes por diversas razones", aseguró la nota, a la que DIARIO DE CUBA tuvo acceso.
"A menudo se sospecha que los presos que 'aparecen muertos' en sus celdas fueron asesinados por los guardias de la prisión y sus familias no reciben el certificado de defunción. Los guardias inducen al suicidio a muchos reclusos y muchos se quitan la vida por la combinación de las horribles condiciones en las que viven, el rigor de encierro, el maltrato por parte de los guardias, los castigos excesivos y frecuentes, la falta de atención médica y de medicamentos, junto con la angustia emocional por la separación de sus seres queridos y la culpa y el dolor de no poder mantener a sus familias necesitadas".
"Lo cierto es que los números reales de muerte o la causa de muerte de personas bajo custodia son imposibles de corroborar, ya que el Gobierno cubano mantiene un secreto absoluto sobre esta información y no permite el monitoreo de organizaciones internacionales de derechos humanos, incluida la Cruz Roja", indicó el reporte.
No obstante la opacidad de la información verificable de que se dispone, Archivo Cuba ha documentado hasta el momento 1.111 muertes bajo custodia en Cuba, excluidas las de los pelotones de fusilamiento, así como 13 desapariciones forzadas de personas detenidas que se atribuyen al régimen de los Castro.
Esas muertes, ocurridas entre 1959 y el presente, incluyen también 507 ejecuciones extrajudiciales, 22 fallecidos en huelgas de hambre, 311 por denegación de atención médica o por razones de salud y 122 suicidios.
"Sin embargo, se cree que esta cifra es una fracción mínima de los casos reales, ya que los informes de las cárceles son extremadamente difíciles de obtener", aseguró el proyecto, que dirige la cubanoamericana María Werlau.
Archivo Cuba recordó que la población carcelaria en Cuba "es desproporcionadamente de la raza negra y una gran parte ha sido convicta por 'crímenes' absurdos como la 'peligrosidad social predelictiva' (la presunta propensión a cometer un delito), que se utiliza para encarcelar a hombres jóvenes simplemente por no tener empleo".
El proyecto llamó a los gobiernos, agencias y organizaciones internacionales, así como a las personas de influencia, a que soliciten acciones específicas por parte del Gobierno de Cuba para proteger la vida de los reclusos.
Entre las demandas estaría garantizar "normas mínimas para el tratamiento de los reclusos y permitir que las organizaciones internacionales de derechos humanos realicen visitas periódicas sin previo aviso para inspeccionar las cárceles y centros de detención, con acceso total y sin impedimentos".
También, pedir "establecer una institución nacional independiente de derechos humanos de conformidad con los Principios de París" y hacer "invitaciones permanentes y permitir las visitas de los Relatores Especiales de las Naciones Unidas sobre la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles e Inhumanos o Degradantes sobre sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias, asegurándose de que éstas incluyan interacciones con víctimas y familiares de víctimas, miembros de la sociedad civil independiente de Cuba y defensores de los derechos humanos".
Igualmente, Archivo Cuba demandó que La Habana "ratifique el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y que se armonice la legislación interna para cumplir con todos los instrumentos internacionales de derechos humanos que protegen los derechos de las personas bajo custodia".