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Censura

Barber Street, otro proyecto del activismo antirracista cubano en la mira del régimen

La actividad mensual de la iniciativa de participación ciudadana del CIR y Di.Verso sufre la censura de autoridades.

La Habana

"Negros, mestizos y blancos juntos, sobre todo si son jóvenes y tienen una mirada crítica con su realidad, levantan sospecha ante la extrema vigilancia revolucionaria", denunció a DIARIO DE CUBA el activista Juan Antonio Madrazo Luna.

Fue lo que sucedió el pasado jueves en el Complejo Deportivo Carvajal en el municipio Cerro, de La Habana, donde una intervención del proyecto Barber Street sufrió la censura de funcionarios, según explicó el coordinador nacional del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR).

Como anfitrión, Barber Street invitó a varios representantes del Hip Hop cubano contemporáneo, entre ellos músicos de plataformas de activismo social integrantes del proyecto Di.Verso, del CIR; de Educadoras Populares Afrodescendientes, así como grafiteros y artistas visuales.

Madrazo Luna describió Barber Street como "un proyecto pedagógico que desde la cultura estética del cabello afro y la lírica del Hip Hop se desarrolla desde 2015 en varios barrios de La Habana y otras provincias como Holguín y Pinar del Río".

"Desde el trenzado de las identidades, tomando como punto central el cabello, barberos, estilistas y músicos operan como un laboratorio socio cultural que intenta desmontar la violencia juvenil anclada en muchísimos barrios habaneros como El Canal, Jesús María, Belén", añadió el activista.

"Los especialistas le regalan un corte de cabello a quienes participan del programa con la condición de que lleven un libro", por ejemplo. Mientras, pueden escuchar la música de los participantes en la iniciativa.

La intervención pública que desarrolla mensualmente Barber Street es una oportunidad de socializar, articular otras iniciativas en las que también participa Di.Verso, como la campaña #MiremosporDentro #NoalRacismo, la cual tiene como objetivo llevar a la esfera pública la necesidad de conversar sobre racismo, discriminación racial, desigualdad y pobreza que hoy marcan profundamente la sociedad cubana, según abundó el activista.

Sin embargo, Madrazo denunció una vez más cómo el régimen, con su "falta de voluntad política, no permite que los activistas antirracistas se encuentren".

"Primeramente hay que pedir permiso para ser negros", dijo irónicamente.

"Cuando ya habían participado tres de los artistas invitados (a la actividad del pasado jueves) y le tocaba el turno a NavyPro Músic (Osvaldo Navarro) de Di.Verso de pronto le comunicaron a los anfitriones que no podían continuar. Desde arriba alguien que no dio la cara preguntó que quién autorizo esa actividad y que no podía continuar", añadió el opositor.

El coordinador nacional del CIR recordó que no es la primera vez que frenan una intervención de Navarro en Barber Street.

"La prohibición dejó claro que la construcción de alianzas entre iniciativas emergentes de la sociedad civil no la van a permitir pues (según los que censuran) la calle continua siendo de los revolucionarios (…)", concluyó Madrazo.

En las últimas semanas el CIR y el proyecto Di.Verso han continuado sus actividades de participación ciudadana, pese a las amenazas de la Seguridad del Estado para evitar cualquier activismo antirracista.

Recientemente activistas vinculados a la organización realizaron el Taller Literario Animando Sonrisas; así como intervenciones públicas directas en las que la Red de Mujeres del CIR visibiliza la violencia hacia las mujeres y niñas.

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