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Represión

UNPACU: Tomás Núñez Magdariaga se niega a que le pongan sueros

Una activista que intentó verlo en el hospital por segunda vez pone en duda que el opositor esté 'estable' como aseguran los médicos.

Santiago de Cuba

El preso político Tomás Núñez Magdariaga, quien cumplió este lunes 55 días en huelga de hambre, se niega a recibir alimentación vía intravenosa, según comunicó la jefa del equipo médico de la sala donde permanece ingresado, informó la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).

"Yenisey Jiménez Reina hizo un nuevo intento para acercarse a Núñez Magdariaga, pero tampoco le permitieron verlo", dijo José Daniel Ferrer, coordinador nacional de la organización en un vídeo publicado en YouTube y otros canales.

Según el relato, los oficiales a cargo de la vigilancia impidieron la visita al activista en el Hospital General Dr. Juan Bruno Zayas. La doctora a cargo de la sala le comunicó que el activista estaba negándose a recibir alimentación vía intravenosa.

"Él no quiere hoy (este lunes) ponerse sueros", dijo la médico, quien afirmó además que se encontraba "bastante estable", contó Jiménez Reina

La activista puso en duda que Núñez Magdariaga, con 66 años y 55 días en huelga de hambre, se encontrara bien. "Tememos por su vida", añadió.

Desde el pasado 24 de septiembre ningún familiar ha podido ver al opositor, que sí recibió la visita del arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez.

En declaraciones a Martí Noticias, el prelado dijo que pudo hablar con Núñez Magdariaga a solas.

Las autoridades "me han dicho que se espera que se resuelva rápido su caso", afirmó. "Al haberse retirado la denuncia, ya no hay caso", enfatizó.

Aldo Rosales Montoya, el hombre que acusó a Núñez Magdariaga, reiteró esta semana ante la Fiscalía Municipal de Palma Soriano que había hecho una declaración falsa por órdenes de la Seguridad del Estado.

Núñez Magdariaga fue condenado a un año de cárcel por un supuesto delito de "amenaza". Está en huelga de hambre desde el pasado 14 de agosto, reclamando su libertad.

Según Ferrer García, "lo mantienen aislado, fuertemente custodiado y encadenado en el último cubículo de una sala de Dermatología".

 

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