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Béisbol

Equipo Cuba de béisbol en el Torneo Premier 12: entre las aspiraciones y la realidad

Los conocedores del béisbol saben que en estos tiempos los partidos se ganan en las oficinas y es ahí donde los cubanos arrancan con el pie izquierdo.

La Habana
Equipo Cuba de béisbol en un partido de preparación para el Premier 12.
Equipo Cuba de béisbol en un partido de preparación para el Premier 12. Jit

El próximo miércoles 13 de octubre comenzará su andar el equipo Cuba de béisbol por la tercera edición del Torneo Premier 12, cuando enfrente a su similar de República Dominicana en la jornada inaugural del Grupo B con sede en Taiwán, donde también fueron incluidos los equipos de Australia, Corea del Sur, Japón y los anfitriones.

Quintos en la primera versión del 2015 y décimos en 2019, nuevamente los de Cuba incursionarán en un evento internacional con grandes aspiraciones, pero ante una realidad que los frena una y otra vez y, como uno de esos huracanes que por estos días azotaron la Isla, los arrastra lejos de los podios.

La misión que llevan, según declaraciones hechas por sus directivos a los medios oficiales, es superar su mejor actuación y alcanzar uno de los dos cupos que se ofertarán en su grupo para la ronda final, que se disputará en Japón.

La tarea será bien difícil, cuando el equipo no cuenta con todos los factores necesarios para imponerse en una competencia.

La gira de preparación parece haber sido beneficiosa, pues incluyó varios partidos con equipos profesionales de Corea del Sur (dos con la selección nacional) y del mismo Taiwán, que sirvieron para adaptarse al cambio de horario y analizar más de cerca las piezas con las que cuentan.

Sin embargo, los conocedores del béisbol saben que en estos tiempos los partidos se ganan en las oficinas y es ahí donde los cubanos arrancan con el pie izquierdo en los torneos.

Igual o más importante que conocer a tus propios jugadores antes del inicio de un partido es la información que puedas tener de tus contrarios. Un equipo que en lugar de reservarle una plaza a un sabermétrico prefiere ocuparla con otros personajes que nada aportan desde el punto de vista competitivo, perdió la competencia antes de que esta empiece.

Desnudos, sin estudios de rivales, saldrán al terreno los cubanos a entregarse a la buena de Dios con una selección que además tiene muchos baches, se apoya en un cuerpo de lanzadores en su mayoría inexpertos a este nivel y en una ofensiva que solo produce en casa dentro de un torneo de baja calidad.

En el papel puede ser un conjunto con armas para combatir, teniendo en cuenta el escenario de la competencia, con peloteros con destaques en la Liga Profesional de Japón, como las superestrellas Livan Moinelo y Raidel Martínez, líderes en ese circuito en efectividad y juegos salvados, respectivamente.

Cuentan con un Grandes Ligas que acaba de declararse agente libre como Yoan Moncada y otros que algún momento jugaron a ese nivel o en Ligas Menores, además de otros con buen desempeño en el béisbol rentado de México y algunos talentos.

Pero sucede que este es un deporte colectivo y ahí hay otro punto en contra de los cubanos, dirigidos por profesores que se han quedado atrás con relación a métodos de enseñanza e interpretación del juego y están alejados de los nuevos rumbos que ha tomado este deporte.

A eso hay que agregarle los errores en la confección de alineaciones regulares, con esquemas obsoletos, el encaprichamiento con figuras que no están en forma óptima y las rotaciones y estrategias que toman con los lanzadores, factor clave para alcanzar el triunfo.

Por otra parte, suponiendo que no existieran esos inconvenientes, Cuba está en un grupo en el que aparecen también Corea del Sur (campeón en 2015) y Japón, vigente monarca y número uno del ranking mundial. 

Esos dos rivales, a los que la selección nacional tendrá que enfrentar en la fase clasificatoria, hacen que la tarea de obtener un boleto para la ronda final resulte muy difícil de cumplir.

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