El pasado 13 de agosto se quitó la vida en la provincia de Guantánamo el árbitro cubano de béisbol y softball, César Pérez Cruz, considerado uno de los mejores en su profesión.
"El Pequeño Gigante", como lo llamaban amigos y aficionados, tenía al morir 72 años, la mayoría de ellos dedicados al deporte, primero como atleta y luego impartiendo justicia sobre los terrenos.
En su larga hoja de servicios aparecen numerosas participaciones en campeonatos nacionales y foráneos, donde resaltan cuatro Juegos Panamericanos, dos Centroamericanos y un Torneo Preolímpico.
El suicido ocurre tres meses después del famoso escándalo del nombre falso utilizado por un árbitro en un partido de béisbol, donde él fue uno de los sancionados.
Pérez Cruz era el supervisor de los imparciales ese día en el estadio Capitán San Luis de Pinar del Río y luego de las "pesquisas" realizadas por la Comisión Nacional de Béisbol (CNB), el ente rector tomó la determinación de separarlo de sus funciones por el resto del torneo.
Según pudo comprobar DIARIO DE CUBA en conversación con una fuente que prefirió el anonimato, la medida disciplinaria afectó en gran medida a este hombre que muchos definen como muy honesto y serio en la labor que realizaba.
La vergüenza por una sanción que muchos consideraron injusta, en un caso turbio donde según declaraciones de otros implicados como el profesor Charles Díaz, fue responsabilidad de los mismos directivos de la CNB, parece haber atacado la salud emocional de Pérez Cruz, al punto de llegar al triste final.
Díaz, afamado entrenador y director de equipos, era el comisario técnico en ese partido, pero después de recibir la misma sanción, dijo públicamente que llevaría el caso a los tribunales, porque él alertó a los directivos sobre la violación e hicieron caso omiso a sus palabras, restándole su autoridad en el partido.
El escándalo tomó fuerza luego de que periodistas locales comprobaran que un árbitro sancionado un par de días antes por una jugada mal cantada realizó sus funciones ese día bajo un nombre falso.
La CNB, ante la acusación pública, negó todo en una declaración en su perfil de X, pero luego se retractó ante la avalancha de pruebas y comenzó una "investigación" que concluyó con las medidas impuestas a varios de los implicados.
Hasta este día no se ha aclarado lo que realmente sucedió allí y en algún momento se conocerá si la CNB realmente estaba ajena o si se quebró la cadena por el lado más débil.
Lo cierto es que Pérez Cruz al parecer no pudo soportar esa presión y la deshonra de ver su nombre mancillado después de tantos años con una conducta intachable.
Sus cenizas fueron esparcidas sobre la arcilla del guantanamero estadio Nguyen Van Troi, en ceremonia íntima donde acudió su esposa junto a otros familiares y amigos.