El venidero 6 de enero —día de los Reyes Magos— comenzarán los playoffs de la II Liga Élite del Beisbol Cubano, según anunció esta semana la Comisión Nacional de este deporte en conferencia de prensa.
En esa jornada se enfrentará Matanzas (líder de la etapa clasificatoria) a Las Tunas (cuarto lugar), en duelo donde los primeros tratarán de tomar venganza de la derrota sufrida en las semifinales de la pasada Serie Nacional.
Los tuneros son los vigentes monarcas de la última edición de la Serie Nacional de Béisbol, pero las cosas han cambiado desde entonces. Ahora tienen delante una escuadra muy reforzada con tres ex Grandes Ligas en su nómina (Erisbel Arruebarrena, Rusney Castillo y Dariel Álvarez).
Un día después dará inicio el otro pareo semifinal, entre Artemisa (segundo) e Industriales (tercero), donde estos últimos buscarán quitarse el sambenito ente unos rivales que los han castigado este año.
Aunque ambos elencos terminaron igualados en esta liga con cuatro victorias por bando, los artemiseños fabricaron más carreras y les propinaron tres lechadas. En la contienda nacional los barrieron en cinco juegos con tres nocauts incluidos.
Será una postemporada de vendettas. Aunque esto parecería ser suficiente para motivar a los peloteros de los equipos involucrados, no ocurre así en un país como Cuba, donde los salarios de los atletas son irrisorios y su objetivo principal es viajar al extranjero para cubrir (solo un poco) sus necesidades materiales.
Eso lo sabe el presidente de la Federación Cubana de Béisbol (FCB), Juan Reinaldo Pérez Pardo, quien prometió, en busca de una motivación real, encontrar un torneo foráneo para enviar al equipo que resulte campeón.
Las opciones se han reducido prácticamente a cero, al ser excluida Cuba de la próxima Serie del Caribe que se jugará del 1 al 9 de febrero de 2024 en Florida, Estados Unidos.
La no participación de una selección cubana en ese evento responde a varias razones. Las de más peso son la pobre actuación en la última versión (último lugar) y la no existencia en el país de una liga profesional, como exige la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe.
Otro de los torneos donde hubiera podido asistir el campeón de esta II Liga Élite es la llamada Serie Intercontinental de Béisbol, que se celebrará en Barranquilla, Colombia, del 25 de enero al 1 de febrero de 2024.
Sin embargo, ante la presencia allí de una selección integrada por peloteros radicados fuera de la Isla, que jugarán bajo el auspicio de la Federación Profesional Cubana de Béisbol (FEBCUBE), los dirigentes cubanos se negaron rotundamente a enviar un equipo.
En comunicado de prensa publicado hace un par de semanas, la FCB denunció a esa entidad por "usurpar funciones de su institución" y cuestionó su legalidad.
En la nota también la acusó de "asociarse y comprometerse con una campaña vinculada a la organización, financiamiento y promoción de actos violentos contra instituciones y la legalidad en Cuba con fines de desestabilización".
De esta manera, los futuros campeones del torneo selectivo del béisbol cubano aún no tienen garantizado su "premio", algo que sin dudas bajará el nivel de interés en los playoffs.
Pérez Pardo anda buscando un torneo que lo salve y evite que sus palabras —una vez más— caigan en saco roto, pero hasta este minuto los nuevos monarcas tendrán que conformarse con el clásico trofeo y diplomas, que para nada resuelven sus problemas.
Hace un mes el directivo habló de la posibilidad de asistir a un evento desconocido y de dudosa calidad llamado "Copa Antillana", donde acudirían equipos de bajos rangos de Puerto Rico y República Dominicana, pero al parecer eso no se llegó a concretar.
De momento los peloteros cubanos tendrán que apelar a las motivaciones que se derivan de sus orgullos personales y los compromisos con sus respectivos equipos, en medio de una crisis económica y social que parece eterna.
Porque no los mandan a recoger basura y escombros como premios a su laboriosa pelota de manigua unidos a sus obesos dictadores, sería un gran premió por sus esfuerzos