Ha pasado un año desde que el bádminton cubano se quedó sin su figura principal, Osleni Guerrero. Con la decisión de cruzar la frontera de México con Estados Unidos, Guerrero se unió a la extensa lista de deportistas que han abandonado las delegaciones cubanas en diferentes circunstancias.
El bádminton de la Isla jamás había alcanzado resultados relevantes hasta el despunte de Guerrero, quien fue el primer deportista cubano de esa disciplina en obtener la clasificación a unos Juegos Olímpicos, los de Río 2016, y el único que ha logrado ubicarse entre los 50 primeros del ranking mundial.
Guerrero acumula dos preseas en Juegos Panamericanos (plata en Guadalajara 2011 y bronce en Toronto 2015) y otra a nivel centroamericano, un bronce en Lima 2019. Además, fue campeón en dobles mixtos y obtuvo el segundo puesto individual en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014. Durante esa etapa, sumó sendos títulos en el Campeonato Panamericano de Bádminton (2013 y 2014), en la categoría individual.
En entrevista con DIARIO DE CUBA confiesa que se siente feliz de tener un historial deportivo con suficientes logros. Esa es su manera de expresar agradecimiento a todas las personas que lo han apoyado.
Ha transcurrido aproximadamente un año desde que cruzaste la frontera de México con Estados Unidos. ¿Crees que hiciste lo correcto? ¿Cuáles han sido las consecuencias?
Sí, yo siento que hice lo correcto porque me estaban frenando en los planos personal y deportivo en mi propio país. Ya no estaba viendo ese apoyo que normalmente requiere un atleta de alto rendimiento. Las dificultades comenzaban a afectar, tanto psicológica como deportivamente, a un atleta que ha dado todo por lograr grandes resultados en esta disciplina a nivel nacional e internacional.
Los cambios han sido positivos porque realmente ese era el objetivo: salir de un entorno donde las cosas ya no están funcionando y buscar otro ámbito, otros niveles que me permitan crecer como atleta y como persona.
Me siento bien por haber tomado la decisión y por seguir adelante para crecer, sin importar que el desarrollo sea en el aspecto deportivo o no, porque también me interesaba progresar a nivel personal y garantizar el futuro de mi familia.
Tuviste muchas oportunidades de fugarte, sin embargo, no lo hiciste hasta 2022. En entrevistas anteriores confesaste que la decisión fue tomada a la ligera porque no lo tenías pensado. Siempre defendiste la idea de que, si te cuidaban en tu país y valoraban tu trabajo, te quedabas en Cuba. ¿Por qué determinaste emigrar en ese momento y de esa manera?
Tuve miles de oportunidades de desertar, sin embargo, las cosas estaban funcionando bastante bien, o sea, gracias a mis resultados existían personas que apoyaban a Osleni Guerreo en su carrera. Pero luego de la pandemia —que afectó al mundo entero— las cosas para el bádminton empezaron a empeorar de 100 a 0. Existieron disímiles dificultades y de justificaciones que impidieron mi participación en eventos internacionales en los cuáles podía haber alcanzado resultados para esos años de postpandemia y la clasificación en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 que, aunque se hicieron en 2021, se podía haber clasificado sin ningún tipo de problema.
Siempre dije que Cuba era un país donde estimulaban a sus atletas, pero al final es como dice el dicho: "ver para creer". Si ya las cosas no te salen, en un tiempo determinado empiezan a olvidarte y notas descontrol en el apoyo del personal de esa institución (INDER), al punto de lograr desilusionar a los atletas. Te hacen sentir mal cuando tienes una temporada mala o no estás alcanzando resultados positivos.
Si pudieras regresar en el tiempo, ¿cómo habrías procedido?
Si no tuviera mayores dificultades, obviamente no me alejaría de mi familia, que es el eslabón fundamental. Para mí, la familia es lo más importante que existe en este mundo, y alejarse es el sacrificio más grande.
¿A qué te dedicas actualmente y cuál es el siguiente paso en tu vida?
Yo soy atleta-entrenador en Estados Unidos, sigo en mi deporte. Lo que podía haber hecho en Cuba, lo estoy haciendo aquí. Quiero decir, estoy entrenando atletas que compiten a nivel internacional y han adquirido resultados relevantes. Todavía falta mucho por recorrer, esto es un comienzo para mí. Ser entrenador no estaba en mis planes aún, porque me siento en las mejores condiciones y, a la vez, sigo compitiendo en eventos interclubes que me permiten mantener mi nivel activo dentro de esta disciplina, que realmente es la que yo amo.
¿Cuál es tu anhelo más grande en este momento?
Mi anhelo en este momento es estar al lado de mis dos hijas, las personas que me han conllevado a hacer grandes cosas, para darles mi apoyo incondicional como padre.
Ni una palabra que indique que este hombre nuevo se escapó del campo de concentración buscando libertad o democracia.
Ni una palabra sobre los verdaderos responsables de sus penurias y las de su familia.
Ni una palabra de agradecimiento al país que lo acoge porque se supone que escapó del régimen comunista.
“Para mí, la familia es lo más importante que existe en este mundo“ repite este atleta apolítico y reguetonero, pero si realmente fuera así al menos apuntaría su raqueta de bádminton contra los que la han empujado a el y a su familia a la miseria y la esclavitud, pero sería mucho pedirle. En realidad, si a esté pionerito le hubieran garantizado un poquito más de migajas socialistas aún seguiría allí compitiendo en nombre de la revolución e indiferente al hambre y la represión de millones de cubanos.