Cubana de nacimiento, turca por adopción y estrella por naturaleza. Esa es Melissa Vargas, la chica maravilla del voleibol mundial, la jugadora que llegó para revolucionar el ataque de las "Sultanas de la Red" y, de paso, convertirse en la gran revelación de la Liga de Naciones (VNL) en su edición del 2023. Luchando contra las mujeres que dominan el deporte de la malla alta en la actualidad, la cienfueguera sacó a relucir todo su talento y terminó en lo más alto del podio colectivo e individual de un torneo de élite. Actuación redonda.
Cuando comenzó la lid hace algunas semanas, Melissa era una de las debutantes a seguir. Aunque llevamos casi una década escuchando su nombre, tiene apenas 23 años y nunca había jugado en la VNL. Desde su salida definitiva de Cuba y su ruptura con la federación antillana de voleibol, solo había dejado su huella a nivel de clubes, esperando por la nacionalización o por una utópica reconciliación con las autoridades de la Isla, que le permitiera regresar a vestir la camiseta de las cuatro letras.
Esta última variante jamás se concretó, diría que ni siquiera estuvo sobre la mesa, por lo que más temprano que tarde alguna selección aprovecharía ese limbo para seducirla con un proyecto en el que ella fuera la estrella absoluta. Ante ese escenario, Turquía se movió más rápido que nadie y convenció a Melissa, que también tenía a Serbia como pretendiente serio, a sabiendas de que la chica podía marcar una época en las canchas.
Y en efecto, en muy poco tiempo Vargas se robó los focos con sus veloces saques, sus saltos explosivos y sus poderosos ataques. Sus habilidades le dieron un plus de calidad a Turquía, que había coqueteado con la cima de la VNL en sus primeras cuatro ediciones (una plata, un bronce y dos veces cuarto lugar), pero no la alcanzó hasta la presente temporada, en la que derrotaron en las rondas decisivas a Italia, EEUU y China, por ese orden.
En el College Park Center de Arlington, Texas, ningún rugido se sintió más alto que el de Melissa, quien anotó 65 puntos en esos tres desafíos de vida o muerte: 55 en ataque, cinco en bloqueo y cinco con su servicio. La sureña, literalmente, se robó el show y puso contra las cuerdas a rivales de entidad, incluidas las norteñas, que no pudieron hacer valer el factor cancha frente al poderío de Vargas.
Su primera víctima fueron las italianas, a quienes les marcó 16 unidades en un partido que terminó por la vía rápida. Después sufrieron las norteamericanas, que no encontraron la fórmula para detener los remates de Melissa, autora de 23 cartones, 20 en ataque, dos en bloqueo y un ace. Quedó entonces la mesa servida para la discusión de la corona contra China y su gran estrella, Li Yingying, una de las máximas anotadoras de la VNL.
Desde el inicio, Vargas puso sus propias reglas y fue una constante fuente de inspiración para su equipo. Terminó el duelo con 26 unidades, algunas de ellas en momentos de quiebre que hicieron mucho daño a China. Turquía aprovechó al máximo la energía de la cubana, quien empujó a las suyas para dominar en casi todos los renglones de juego, con particular énfasis en el bloqueo y el servicio. Un total de ocho tantos lograron las "Sultanas de la Red" con su saque, tres de ellos a la cuenta de la cubana, secundada por la auxiliar Ebrar Karakurt. Por su parte, en la defensa de la net Turquía impuso su ley con 14 puntos, lideradas por la capitana Eda Erdem Dündar, quien consiguió el primer gran título internacional para su país tras casi dos décadas con la selección.
"Estoy viviendo un sueño ahora mismo. No lo puedo creer, no se siente real. He representado a mi país desde el 2005 con mucho sacrificio, muchas tristezas y muchas alegrías. Ha sido un camino muy largo, pero creo que este año el coach Santorelli nos ha hecho creer que podíamos ser campeonas. Nos ayudó a crecer y nos recordó quiénes éramos. Estoy muy orgullosa de mi equipo, hemos hecho historia después de esperar por tanto tiempo", señaló la capitana Erdem tras conseguir la corona de la VNL.
En el centro de estas declaraciones se encuentra el técnico italiano Danielle Santorelli, probablemente el mejor entrenador del mundo en la actualidad, o al menos el de mejores resultados, tanto a nivel de clubes como de selección. El preparador aprovechó las virtudes de un grupo de jugadoras que ya venían juntas desde hace algún tiempo, y supo acoplar muy bien a la maquinaria a una pieza de alto calibre como Melissa Vargas.
La cubana entendió desde el primer momento la responsabilidad que caía sobre sus hombros y no se arrugó. Si sumamos su desempeño en todo el torneo, incluyendo la etapa clasificatoria y los duelos de vida o muerte, logró 227 tantos (sexta), 194 remates positivos (séptima) y 19 aces (segunda), a pesar de que se perdió una de las semanas de competencia. En las finales, a todo tren, fue líder absoluta en puntos (65), ataques (55) y tantos con su saque (cinco), por delante de la estrella polaca Magdalena Stysiak.
Tras la VNL 2023, se abre una nueva ventana para Melissa Vargas, que tiene el cielo como límite. Reinar el Europa, seguir por la senda triunfal hasta los Juegos Olímpicos de París 2024 y crecer en los circuitos profesionales son los sueños de la nueva "sultana" del voleibol mundial, que es turca por adopción, pero cubana de nacimiento. Todos los que nacimos en esta Isla podemos sentirnos orgullosos de ella.
Otro logro del deporte revolucionario...se le fue otra estrella. Desde el chovinismo de las federaciones nacionales que favorecen a los occidentales (preferentemente habaneros), sin que prime la calidad y el rendimiento, hasta el robo descarado de premios internacionales a figuras de renombre. Ese es el deporte revolucionario hoy en día.