Este sábado se definieron las posiciones finales de la I Liga Élite del Béisbol Cubano, un campeonato que concluyó su etapa clasificatoria de 50 partidos con muchas más penas que glorias y con los estadios prácticamente vacíos.
De esta manera, el líder Agricultores, un equipo que se mantuvo en el primer lugar durante toda la etapa regular, recibirá en Bayamo a partir del día 4 de enero a Tabacaleros (ocupantes de la cuarta plaza), en una serie de playoffs al mejor de siete partidos.
En el otro pareo de semifinales se enfrentarán Centrales y Portuarios (segundo y tercer puesto), las dos escuadras que tuvieron la mejor recta final al ser las más ganadoras en este mes de diciembre.
La llegada de la postemporada puede ser una tabla de salvación para un torneo plagado de insatisfacciones, que la Federación Cubana de este este deporte se empeñó en realizar a pesar de la crisis económica y social que vive la Isla, lo que ha provocado que este sea quizás el peor evento en toda la historia del béisbol cubano.
Los duelos de playoffs —siempre interesantes en cualquier liga del mundo— pudieran llamar la atención de esos aficionados, que le han dado la espalda al campeonato, entre otras cosas porque no se identifican con los nuevos equipos regionales, conformados por varias provincias, y que llevan nombres horrendos impuestos por los directivos.
Hasta este momento, poco se ha hecho para lograr atraer al público. Escasa divulgación por parte de los medios nacionales y pésima campaña promocional, se han unido a los problemas del transporte público y a las necesidades propias del cubano hoy, concentrado en subsistir.
En el terreno de juego, a pesar de la motivación que representa la participación del equipo campeón en la próxima Serie del Caribe 2023, hay mucho descontento, provocado por los bajos salarios, la alimentación deficiente, las malas condiciones de algunos alojamientos, y la falta de recursos en general para los atletas.
Muchos han alegado problemas personales para abandonar la liga, otros han emigrado, y al resto se le nota el desinterés y la apatía por encima de los uniformes, algo que sin dudas también ahuyenta a los fanáticos de las gradas.
La noticia unas horas antes de Navidad de que el Gobierno de Estados Unidos concedió el permiso a los jugadores de las Grandes Ligas para jugar con Cuba en el Clásico Mundial, es otro factor que desmotiva a los peloteros que están jugando este torneo, porque saben que muchos de ellos serán desplazados por los big leaguers.
El regreso de la pelota oficial (Teammate-190) es un rayo de sol en medio de tanta oscuridad, ya que la pelota que se estaba usando desde la mitad de la competencia tenía un escaso bote e hizo que se desaparecieran los jonrones, elemento imprescindible en un juego de béisbol.
En resumen, nadie sabe qué pasará en esta postemporada con la Liga Élite. Apostar por estadios llenos y por que todo fluya perfecto en este último mes parece una idea quijotesca, pero nunca se debe subestimar la pasión que sienten los cubanos por este deporte.
En el próximo comentario analizaremos las posibilidades de los equipos que quedan en competencia y haremos nuestros pronósticos.