"He tenido muchos momentos bonitos, emocionantes, he implantado más de 12 récords paralímpicos y parapanamericanos que pesan mucho, pero eso no significa que me conforme o sienta que lo hice todo en el deporte", declaró la velocista cubana Omara Durand en entrevista con la agencia EFE.
La atleta de 30 años lleva casi una década invicta en las competencias de 100, 200 y 400 metros planos en la categoría de débiles visuales profundos, lo que le ha valido ser conocida como "leyenda cubana del sprint".
Los inicios
Desde el Estadio Panamericano, donde entrena a diario con su guía actual, Yuniol Kindelán, contó a EFE que se inició en el atletismo a los siete años, cuando estaba en una escuela especial para niños ciegos y débiles visuales en la provincia oriental de Santiago de Cuba.
El "buen tino" de su profesor de Educación Física de entonces, la disciplina y los entrenamientos la llevaron a consolidar una carrera deportiva. Su debut a nivel internacional se en 2007, en un campeonato en Sao Paulo (Brasil) donde conquistó el oro en los 100 y 200 metros planos.
Aunque era una de las principales candidatas a los títulos de su categoría en los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008, Omara se fue sin medallas de esa competencia debido a una lesión.
Retornó a las Paralimpiadas cuatro años más tarde en Londres y allí comenzó a forjar su leyenda, al conquistar los títulos en las carreras de 100 y 400 metros planos.
Luego vino su embarazo, que la alejó de las pistas hasta 2015, cuando retornó con Kindelán, artífice junto a Miriam – entrenadora de ambos– de la cadena de éxitos que ha eslabonado la atleta.
Él, a su lado durante la entrevista, contó que "ha sido un trabajo de mucho esfuerzo y sacrificio desde el comienzo".
Fruto de la cooperación de ambos, Durand ha obtenido las medallas de oro en en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020, en los Mundiales de Doha, Londres y Dubai, y en los Juegos Parapanamericanos de Toronto y Lima.
En 2021, fue elegida como la mejor deportista discapacitada. DIARIO DE CUBA por su parte la incluyó en su lista de mejores atletas del año, sin distinciones entre atletas convencionales y atletas con discapacidad.
Omara Durand además forma parte del Consejo de Atletas del Comité Paralímpico Internacional hasta la próxima cita olímpica de París 2024.
Una rutina "nada extraordinaria"
Sobre su rutina diaria, Durand explicó a EFE que lo primero que hace al levantarse por la mañana es "atender a mi niña pequeña”. Luego se incorpora al entrenamiento. Precisó que hace la preparación física hace con el equipo técnico completo y el resto de los atletas de velocidad.
"Dependiendo de la etapa en la que estemos en el entrenamiento hacemos una cantidad de horas", aclara antes de reiterar que tiene una rutina para "nada extraordinaria o fuera de lo común".
"Nunca he dejado de entrenar"
A finales de 2021, Omara Durand anunció que no competiría en 2022 y se tomaría un descanso.
"Este año no voy a competir porque me dieron la oportunidad de liberar estrés de competencia", explicó a EFE.
"No significa mi retirada, nunca he dejado de entrenar", aclaró la atleta que descansará hasta septiembre, cuando comenzará a "calentar" para los Juegos Parapanamericanos de Santiago de Chile en 2023 y o para obtener la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024.
En diciembre de 2021, dijo que su próxima meta no es solo imponerse en el Mundial de Paratletismo, los Parapanamericanos y los Juegos Paralímpicos de París 2024, sino bajar de los 23 segundos en los 200 metros.
Puede parecer un objetivo más que difícil teniendo en cuenta que solo lo han conseguido atletas convencionales. En Cuba, lo han logrado Roxana Díaz, quien ostenta el récord nacional de 22.69, además de Aymée Martínez (22.99), Nelkys Casabona (22.97), Nancy McLeón (22.97), Virgen Benavides (22.93), Silvia Chivás (22.85), y Liliana Allen (22.72).
Sin embargo, Durand estuvo a solo tres centésimas de lograrlo en Tokio 2020, cuando cronometró 23.02 segundos, lo que constituye récord mundial para su categoría. El hecho de que implantara esa marca sobre una pista mojada hace suponer que está en capacidad de mejorarla.
