El cubano Alfredo Valiente está sorprendiendo a los aficionados del béisbol en Nicaragua, pero su camino hasta este momento ha sido tortuoso. El lanzador derecho, nuevo fichaje de los Tigres de Chinandega, nació en Guantánamo y jamás jugó en la Serie Nacional. Su historia contiene enseñanzas para muchos peloteros jóvenes que salen de la Isla buscando un futuro mejor.
"Llegué a lanzar en el Campeonato Nacional sub-23 con solo 16 años. Antes, quedamos en segundo lugar en la categoría para menores de 15 años. Allí terminé obteniendo la mayor cantidad de juegos salvados (11). Estuve en dos preselecciones nacionales, pero no pude hacer el roster final", contó a DIARIO DE CUBA el joven pitcher.
En aquel momento, Valiente era considerado uno de los mejores prospectos de su categoría, pero decidió que su futuro estaría lejos de Cuba. "Realmente, yo estaba bien en mi país, me sentía contento porque en algún momento debutaría en la Serie Nacional (…). Lo que me hizo cambiar de idea fue que mis mejores amigos se quedaron en un Mundial y quería probarme en el exterior como ellos", relata.
"Al poco tiempo unas personas se pusieron en contacto conmigo y decidieron llevarme hacia República Dominicana para intentar firmarme en el mejor béisbol del mundo".
Valiente pasó varios meses entrenando y presentándose en las exhibiciones, pero no pudo obtener un contrato cuando le llegó su carta de agencia libre.
"Creo que mi agente no me supo manejar de la mejor manera. Yo era un joven y no sabía nada de grandes cifras monetarias, solo quería jugar. Algunos equipos se interesaron por mí antes de convertirme en agente libre, pero después se perdió el interés por contratarme. Personas cercanas me preguntaban por qué no había podido firmar. 'No puede ser cierto', decían", recuerda el pitcher.
"Yo tenía una recta que se sostenía en las 95 millas y un cambio de velocidad que llegaba hasta las 88. Eso comenzó a cambiar cuando realizábamos hasta tres Tryouts por semana; comencé a sentir que mi brazo perdía fuerza por una sobrecarga muscular".
El tiempo pasó para Alfredo Valiente y tuvo que tomar una decisión importante. "Mi amigo Eduardo León me ayudó a mudarme para México, y entonces decidí probar suerte. Cuando arribé a tierras mexicanas me comenzó a representar Gabriel Lozano, el gerente general de los Piratas de Campeche. Allí lancé en la liga campechana y en la de Tabasco. También estuve en la reserva de Cañeros de los Mochis".
Valiente estuvo alrededor de un año en México, pero tampoco cumplió con su objetivo. "Me hubiese encantado jugar en LMB (Liga Mexicana de Béisbol) o LAMP (Liga Arco Mexicana del Pacifico)", dice.
Las probabilidades para llegar al Big Show se desvanecían junto a la de jugar en una liga profesional. No le quedó otra opción que regresar a suelo dominicano. "Pensé en dejar esta profesión varias veces, incluso me pasaba tiempo sin entrenar y sin lanzar para recuperarme psicológicamente. Pero, al fin y al cabo, amo el béisbol y todo lo que he logrado es por él", confiesa Valiente.
"Con el regreso a Santiago de los Caballeros (en República Dominicana) se repitió el mismo guión. Pasé cuatro meses lanzando muy bien, pero el agente que debía representarme demoró mucho en llegar de los Estados Unidos y entonces comenzó la pandemia. El Covid-19 afectó a todos los prospectos que aspiraban llegar a la MLB y yo entrenaba poco por las circunstancias", lamenta.
"El siguiente paso fue dedicarme al gimnasio. En uno de esos días un amigo me informó que algunos equipos de las ligas invernales estaban haciendo pruebas para firmar jugadores. Sin nada que perder, asistí a una de ellas y entonces nació una gran oportunidad".
Las condiciones de Valiente sorprendieron a los scouts de los Tigres de Chinandega y también a un agente norteamericano. Con una nueva agencia y con un contrato firmado en la Liga de Béisbol Profesional Nicaragüense (LBPN) se le abrió una nueva puerta para el éxito.
"Realmente siento que estoy bendecido. Muchos de mis compatriotas no logran firmar en MLB y tienen que regresar a Cuba o dejar el béisbol. Es muy difícil que te contraten en ligas del Caribe sin un gran historial y menos con la edad que tengo (22 años). Es una gran oportunidad lanzar en Nicaragua", considera.
Valiente tuvo una gran primera parte en la Liga Nicaragüense, que le valió para asistir al juego de Estrellas y al Round Robin. En ocho salidas deja un balance de (2-2) con una efectividad de (4.09).
"Mi mentalidad ha cambiado mucho desde que estoy con los Tigres. Aquí he tenido que adaptarme a una liga profesional y me he dado cuenta de que necesito dar lo mejor en cada apertura para mantenerte en la rotación. Gracias a Dios, estamos en la postemporada, y esperemos llegar muy lejos".
Valiente aconseja a los jóvenes que salen de la Isla con el sueño de jugar en las Grandes Ligas que lo hagan "por decisión propia, no por un embullo ni por presión de nadie".
"También que vayan preparados mentalmente, porque si no logran una firma en los primeros meses los pueden dejar en la calle sin dinero y sin un respaldo. Lo digo por experiencia propia, es muy duro chocar con la realidad y no saber qué hacer".
Las palabras de Valiente desnudan la realidad que esconden varios agentes dominicanos. Ojalá todos los peloteros cubanos fueran bien manejados, ya sea en República Dominicana, en México o en cualquier país donde se conviertan en agente libre. Y ojalá muchos de los que no consigan firmas corran con la suerte del protagonista de esta historia.