Desde la elección de Qatar como sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2022, en el año 2010, al menos 6.751 trabajadores inmigrantes de la India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka han fallecido en el país árabe, la mayor parte de ellos en obras relacionadas de un modo u otro con el evento deportivo, reveló el medio británico The Guardian.
Las cifras fueron facilitadas por los gobiernos de los países de procedencia de los fallecidos, aunque el número total es mucho mayor, pues los Gobiernos de Filipinas y Kenia no han revelado el número de ciudadanos muertos en el país del golfo.
Tras la adjudicación de la sede del torneo a Qatar, las construcciones inmobiliarias en el país aumentaron considerablemente, pero la falta de mano de obra provocó que se nutrieran de muchas personas de países cercanos.
Un aeropuerto, carreteras, transporte público, hoteles, y siete estadios de fútbol son algunas de las nuevas construcciones que se llevan a cabo en el país del golfo.
"Una proporción muy significativa de los trabajadores migrantes que han muerto desde 2011 solo estaban en el país porque Qatar ganó el derecho a ser sede de la Copa del Mundo", dijo al rotativo inglés Nick McGeehan, director de FairSquare Projects, un grupo que defiende los derechos laborales en la región.
La Administración qatarí ha sido sumamente criticada por su incapacidad para proteger a los más de dos millones de trabajadores inmigrantes que laboran en el país.
Las causas de las muertes son diversas, entre ellas múltiples heridas contundentes debido a caídas desde una gran altura, asfixia por ahorcamiento y la más común, "causas naturales", una explicación inexacta que provocó demandas por parte de los propios abogados del gobierno de Qatar en 2014 y de la organización Human Rights Watch.
Hasta el momento el Gobierno de Qatar no ha ofrecido detalles para esclarecer los hechos. Una de las mayores exigencias de los defensores de los derechos humanos en el país es que se realicen autopsias a los cadáveres declarados fallecidos por "causas naturales".
Las autoridades qataríes lamentaron las muertes, pero indicaron que los trabajadores tienen atención médica gratuita y que la tasa de mortalidad en esas comunidades está dentro del rango esperado "para el tamaño y demografía de la población".
