Alan Vera se convirtió en el primer luchador grecorromano de Cuba que se titula campeón nacional de Estados Unidos, después de que el pasado fin de semana ganara el título de los 87 kilogramos en el Campeonato de Lucha Libre Senior de ese país, realizado en Coralville, Iowa, bajo estrictos protocolos sanitarios.
Vera, quien espera representar a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio, derrotó a Joe Rau, dos veces integrante de la selección nacional, con marcador de 7-1 en la final por el título.
El cubano había vencido a Rau en 2019 en el Dave Schultz Memorial, donde también ganó la medalla de oro; luego se coronó en el Bill Farrell International y fue medallista de bronce en un torneo internacional en Ucrania.
El año pasado Vera pudo lucir por vez primera el uniforme de la selección nacional, aunque todavía no posee su pasaporte estadounidense, pues si bien ya completó los trámites migratorios y de nacionalización necesarios, sus citas con Inmigración fueron canceladas en dos ocasiones este año debido a la pandemia del Covid-19.
Oriundo de Santiago de Cuba, el luchador abandonó una delegación de la Isla a principios de 2016 en Frisco, Texas, luego de ganar el Campeonato Panamericano y un día antes de competir en el torneo preolímpico continental para los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.
"La decisión siempre es dura, difícil, especialmente cuando se piensa en la familia", dijo Vera al medio digital Around The Rings. "Pero por un momento analicé situaciones sobre mí en el pasado en Cuba y las emociones me llevaron a tomar la decisión de este presente y futuro", aseguró.
Vera, quien cumplirá 30 años dentro de dos semanas, se casó a fines de 2016 con Elena Pirozhkova, una luchadora nacida en Rusia que creció en Greenfield, Massachusetts, y a quien conoció en 2014, cuando Pirozhkova fue a La Habana para un torneo internacional. Ambos viven actualmente en Nueva Jersey.
El luchador cubano no ha podido regresar a Cuba para reunirse con sus familiares y no podrá hacerlo hasta 2024 debido a la prohibición de ocho años sin visitar la Isla que impone el Gobierno cubano a atletas, médicos, funcionarios, entre otros que deciden abandonar delegaciones oficiales para seguir su vida en el extranjero.
