Bajo el título "El Ídolo de Güines, subcampeón estadounidense", el sitio web oficialista Las razones de Cuba arremetió contra el Gran Maestro Internacional cubano Leinier Domínguez, recién titulado como subcampeón en el torneo nacional de EEUU.
El ataque asegura que, pese al orgullo y satisfacción que provocó entre muchos cubanos la noticia del regreso de Domínguez a la alta competición, su éxito "no es un éxito de Cuba, es un éxito para el país que ahora defiende."
El Gran Maestro volvió a los trebejos después de estar dos años inactivo, luego de que la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés) lo registró en diciembre del año pasado como miembro de la Federación de Ajedrez de Estados Unidos, donde reside desde 2017.
El ajedrecista de 35 años debió cumplir un período de inactividad de dos años en torneos FIDE (Grand Prix, Olimpiada y Copa Mundial), mínimo que exige el organismo rector de la disciplina para que un jugador pueda optar por el cambio de bandera.
Después de que se conociera oficialmente la entrada del güinero al equipo de EEUU, las autoridades ajedrecísticas cubanas emitieron un comunicado en el que "no aceptaron" que el Gran Maestro cambiara de federación, ni jugara por otro país, un asunto que presentó como "una cuestión de principios".
También supuso un duro golpe para la Federación Cubana de Ajedrez, que ha visto partir al mejor jugador de su historia reciente y se ha quedado sin figuras representativas, pues también salieron de la selección nacional los Grandes Maestros Lázaro Bruzón y Yuniesky Quesada.
De ahí que el ataque no pueda ser tomado sino como una represalia, que pretende justificar que el éxito de Domínguez no se divulgue, sino se silencie en Cuba.
"Algunos se han manifestado en las redes sociales, abogando porque los medios estatales cubanos den cobertura al éxito del que fuera 'ídolo de Güines'. (...) Leinier juega por Estados Unidos y la prensa cubana no tiene la 'obligación' de cubrir sus éxitos", asegura el texto.
El texto aspira a decidir si se es o no cubano, y para ello se invocan personajes que la política del Gobierno anatematiza: "Cubano se sentía Luis Posada Carriles cuando murió en su cómodo exilio miamense; cubano se sentía Fulgencio Batista mientras descansaba en su isla paradisiaca, perdida por los mares de Europa; nacidos en Cuba eran la mayoría de los que abogaron por el fusilamiento de los estudiantes de Medicina, los rayadillos que combatieron a los mambises; cubano y patriota se decía Gerardo Machado."
Para el autor del texto: "Una cosa es ser cubano. Y otra cosa muy distinta es merecerlo."
Las reacciones en las redes al texto han sido múltiples. El escritor Carlos Manuel Álvarez, por ejemplo, aseguró en su perfil de Facebook que esta clase de argumentos se reitera por parte del régimen: "Yo escribí contra leguleyos de este corte en 2012, y en 2013, y en 2014, pero es imposible resistir demasiado si tienes algún tipo de ambición o curiosidad a la que rendir cuentas, porque no te vas a pasar toda la vida escribiendo el mismo artículo, ni quieres atornillar tu pensamiento al basurero de ideas al que ese ejército te arrastra."
Por su lado, Alejandro Yanes Cañizares calificó el artículo de "bochornoso" y señaló el bajo profesionalismo de un texto que no indaga "sobre la responsabilidad institucional 'con nombres y apellidos'" (...) Eso sí sería periodismo serio y y no propaganda para atacar al ajedrecista más genial desde Capablanca."
claro p q no le da ganancias económicas, este señor es independiente ahora.