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Béisbol de Grandes Ligas: La tanda cubana

Puig, Gurriel, Grandal, el pasado y el futuro del béisbol en Cuba

Si ganan los Astros, así será. Si en cambio vencen los Dodgers, el duelo decisivo se disputará mañana.

Pinar del Río

Yulieski Gurriel, Yasiel Puig y Yasmani Grandal jugarán hoy el que quizás resulte el último partido de la Serie Mundial de 2017. Si ganan los Astros, así será. Si en cambio vencen los Dodgers, el duelo decisivo se disputará mañana.

Hace dos años, en la final de 2015, los aficionados de la Isla vivimos el enfrentamiento de dos sluggers de amplias carreras en Cuba, cuando los Reales de Kendrys Morales derrotaron a los Mets de Yoenis Céspedes en cinco juegos.

El año pasado, cuando los Cachorros de Chicago se impusieron en siete duelos a los Indios de Cleveland, la Isla estuvo representada por Aroldis Chapman, Jorge Soler, y los cubanoamericanos Albert Almora Jr. y Dan Otero.

Lo anterior confirma ya una realidad, y es la definitiva vuelta de los cubanos al mejor béisbol del mundo. El paréntesis que poco a poco se cierra se abrió en marzo de 1961, cuando los líderes de la revolú abolieron el deporte profesional en Cuba. La final de ese año entre el Almendares y el Cienfuegos fue el último partido profesional disputado en la Isla.

Dio la casualidad, además —tal y como narra el profesor Roberto González Echevarría en La gloria de Cuba, su maravillosa historia del béisbol cubano—, que apenas después del apagón, en abril de 1961, se celebrara una Serie Mundial en Costa Rica, un torneo que no se disputaba desde 1953. El Comité Olímpico nacional convocó entonces una poderosa novena, que arrasó en San José en los mismos días en que las tropas revolucionarias derrotaban a las fuerzas del exilio en Playa Girón. Concluye Echevarría: "El vínculo entre ambas victorias no pasó inadvertido y los lazos entre béisbol y defensa de la patria quedaron reforzados".

Fue a partir de ahí que el castrismo prohibió a los peloteros trasladarse legalmente a Estados Unidos para jugar en el béisbol profesional, y que se consolidó el parteaguas.

Aquellos Mellizos de Minnesota que en 1965 ganaron la Serie Mundial con Tony Oliva, Zoilo Versalles, Camilo Pascual e Hilario Valdespino en la alineación, fueron el equipo más cubano del show hasta que este año —más de medio siglo después—, los Marineros de Seattle (con Ariel Miranda, Guillermo Heredia, Leonys Martin y Yonder Alonso) y los Cachorros de Chicago (con Jon Jay, Álex Ávila, Almora y el propio Martin, traspasado a mitad de temporada) alinearan también a cuartetos del caimán.

O sea, que como decía el Niño Rivera en su son El jamaiquino, lo que se rompe, se compone.

Precisamente eso, componer, es lo que durante esta temporada a punto ya de terminar hemos intentado cada día en esta columna de La tanda cubana: recoger los pedazos del destrozo que la política dejó en los diamantes nacionales, y ayudar a juntarlos otra vez. El béisbol fue desde el siglo XIX un reflejo de nuestra identidad. Los queridos camaradas lo destrozaron todo con el martillo neumático del comunismo, y por eso es una buena noticia que Gurriel, Puig y Grandal vayan a jugar esta noche —y quizás mañana— la final de la Serie Mundial. Gracias a ellos, poco a poco, volvemos a ser lo que fuimos.

Nos vimos ayer, nos veremos mañana. 


Serie Mundial

 

Astros de Houston vs. LA Dodgers, (1 a 3)

Astros de Houston vs. LA Dodgers, (7 a 6)

LA Dodgers vs. Astros de Houston, (3 a 5)

LA Dodgers vs. Astros de Houston, (6 a 2)

LA Dodgers vs. Astros de Houston, (12 a 13)

Astros de Houston vs. LA Dodgers, 31 de octubre

Astros de Houston vs. LA Dodgers, 1 de noviembre*

*en caso necesario

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