un pulóver azul
un balón de fútbol
una pelota de básquet
un verso de Juan L. Ortiz;
desfragmenta
con los ojos
y no queda ni esta mancha
en pie.
A rodar por la escalera,
controlamos tu cabeza
contra el octavo peldaño,
tu cabeza
(como si fuera oro)
nada de darse un golpe
de extraviar textos y rabia
que alumbran a dos palmos
cada paso,
ah y la lengua,
¡que no se la muerda!,
es malo para la creencia.
"¿en el octavo peldaño?,
no jodas bróder."
Sí, octavo dije;
hazme un poco de café-mezcla,
para, siéntate,
esto será sin intermitente,
que nadie sepa
lo que viene
lo que aplasta
lo que muele
lo que preserva
lo que mata.
¿Y ese huevo para qué lo quieres?
Jajaja, se quedan en eso.
Un huevo y una linterna,
un túnel y un par de tacos nuevos
(lindos, yumas, de marca).
Echa con bilis y azafrán,
échalo aquí
(todo lo que te queda aún)
lo leo sin complejo
y sin prisa,
no me intoxico.
Doma a la corcova
o la corcova doma
cuando la dejan suelta
y puede actuar
sin restricciones.
¿Cuántos gramos de sal te llevaste?
más sal, más verde,
más amarillo girando
como aviso.
Uno se pone turbio
con el tiempo,
con la gente
cantando sus coros
a medio metro
de cada oreja nuestra.
Turbio y sin un remolino
que anteceda
a esa circunstancia parda
en la que estamos:
un pulóver azul
un balón de futbol
una pelota de básquet
un verso de Juan L. Ortiz.
Ricardo Alberto Pérez nació en Arroyo Naranjo en 1963. Sus libros de poemas más recientes son ¿Para qué el cine? (Unión, La Habana, 2011) y Vengan a ver las palomas de Varsovia (Letras Cubanas, La Habana, 2013). Publicó una antología personal, Los tuberculosos y otros poemas (Torre de Letras, La Habana, 2008). Ha traducido a Paulo Leminski y otros poetas brasileños. Este poema pertenece al libro en preparación Distintas maneras de esperar la muerte.
