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Poesía

La sal

'quédate en este paladar/ que ahora te ve/ sumergido/ partir la vértebra/ recoger la piel/ de la muda'

La Habana
Salina.
Salina. civitatis

 

La sal
con el codo,
no, robusta alebresta
la lengua,
láminas
que el agua almacena
sobre la mirada,
abluciones
que te rompen el sentido
y la orientación.
No me avasalla más
la he logrado separar
en finas secuencias,
tan delgadas
se mezclan
con la fuerza
de la invención,
se cirne
y hasta el cuello retoma
para quedar a la altura
de mis interrogantes,
la veo caer
empasto su recorrido
con el ojo
capaz de atesorarla
como un proverbio
la certera lengua
que hace finito
el tiempo
del insecto.
Vuelve el agua
a su nivel
y saboreo su esencia
almacenada
en la otra boca
brecha
que la detonación
me regala,
quédate en este paladar
que ahora te ve
sumergido
partir  la vértebra
recoger la piel
de la muda
y ponerla
sobre una vejiga
que alienta el absurdo.
Sal,
cristales que no cortan
espejos
que expresan
hasta la voluntad
del sonido,
clava la intensidad,
desmiembra un deseo.

 


Ricardo Alberto Pérez nació en Arroyo Naranjo en 1963. Sus libros de poemas más recientes son ¿Para qué el cine? (Unión, La Habana, 2011) y Vengan a ver las palomas de Varsovia (Letras Cubanas, La Habana, 2013). Publicó una antología personal, Los tuberculosos y otros poemas (Torre de Letras, La Habana, 2008). Ha traducido a Paulo Leminski y otros poetas brasileños. Es integrante del grupo literario Diáspora.

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