Si ya se ha visto todo; si se ha probado tiempo parado ante la farsa, ¿qué nos queda sino vadear la orilla lejos de una función de anélidos? Ya no es posible entonces un odio militar, odio mecánico: es contrario a la norma. (No podemos trabar conversación.) ¿Cuál es el reglamento de mañana? No podemos trabar conversación. Tu corteza mental, de un perfecto tenor de poquedad (me dicen mandatarios), no verá desarrollo; mi escalada (me dictan competentes) obtiene progresión. Ese proyecto y tú apenas una muesca, una brizna de hierba en el vacío. Choque por desmantelamiento del emblema de culto en tu buitre ladino acompañante, confiere más desdén que sugerencia. Choque por ambiciones de una escena de escaras: el lamentable caso de lo idiota.
Javier L. Mora nació en Bayamo en 1983. Ha publicado el libro de poemas Examen de los institutos civiles (Unión, La Habana, 2012). Este poema pertenece a un libro en preparación.