para Arturo Rodríguez
Un niño de doce años,
Bien vestido con un modesto
Traje de pana gris, camina
Por la avenida que va directa
Al cementerio.
La ciudad es Cracovia, finales de mayo
Y ha llovido.
Un niño de doce años,
Bien vestido con un modesto
Traje de pana gris, camina
Detrás del ataúd que lleva el cuerpo
De su padre, que era un patriota,
Que se llamaba Apolo y conoció
El exilio.
Este niño de doce años
Ahora es un huérfano; hace cuatro años murió
Su madre de tuberculosis
En las afueras de Kíev.
¿Qué le espera a este niño en este mundo?
La mar, le espera la mar y tierras lejanas
Y extrañas, con nombres como Martinica, Haití,
Bombay y Congo, donde él será el extraño,
Donde él verá como el hombre es lobo
Con su prójimo, y la sed de justicia
Una sal amarga en la garganta.
Será escritor, conocerá la oscuridad
Del corazón, tendrá barba y fumará
Desesperadamente (fijate en sus dedos amarillentos),
Se casará tarde y tendrá hijos,
Llegará a viejo y lo besará la fama.
Rechazará honores oficiales.
Morirá de un infarto, el 3 de agosto de 1924,
Probablemente soñando con
La mar.
Un niño de doce años,
Bien vestido con un modesto
Traje de pana gris, camina
Y entra al cementerio, detrás del ataúd
Que lleva el cuerpo de su padre.
Se sabe huérfano.
No se ha dado cuenta que a sus espaldas
Marcha un pueblo.
Alejandro Anreus nació en La Habana en 1960. Ha escrito ensayos y libros sobre Orozco, Ben Shahn, Antonio Berni, Roberto Estopiñán, Antonia Eiriz, Juan Sánchez, Arturo Rodríguez, Luis Cruz Azaceta, Raúl Milián y otros artistas plásticos. Ha publicado los poemarios: Memento mori (2011), acompañado con acuarelas de Arturo Rodríguez; Los exiliados sueñan (2013); Vientos de cuaresma (2017) y Los golpes de la historia (2017).