La libélula pétrea, el rojo peje, el diablo lacio, la mantícora y el kraken deslenguado, toda la gente más interesante paseaba por esta parte. Lena era solo un síntoma con su bastón de cuero de rata y los labios en carmín transparente. El tonto perezoso hacía el recuento de daños en la acera del sol, donde se amontonaban como escombros los retratos cercanos de grado dos de un par de reyezuelos que no sabían comer con la boca cerrada ni hablar con los ojos abiertos.
Ernesto Santana nació en Puerto Padre, en 1958. Ha publicado varios libros de cuentos y las novelas Ave y nada (Premio Alejo Carpentier, Letras Cubanas, La Habana, 2002) y El carnaval y los muertos (Premio Franz Kafka, Agite/Fra, Praga, 2010).