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Poesía

Épica falsa

'Interruptos los viajes, con el hombre del río comparto ahora la única ventana, de un vagón que raras veces es puesto en movimiento. No más esfuerzos por saber los pensamientos del otro...'

La Habana

 

Del hombre que lava la ropa en posición fetal a la orilla del río, puño a puño y en su centro pequeñas cantidades de tela, solo sé que lava la ropa a la orilla del río; señales externas del paisaje se instalan en mi memoria, cuando el tren que me conduce corta al país en dos mitades.

Pocos segundos de esa visión alcanzan para que el hombre, ligeramente desfigurado, vuelva a mi memoria y siembre la duda. Tal vez golpeo ahora la ventanilla con frenesí, tanto dolor me hace gritar al punto de querer volver a donde el hombre abandona su faena para pensarme:

“Del sujeto que golpeaba frenéticamente la ventanilla, solo sé que golpeaba la ventanilla. Señales externas y una visión del tren se instalan en mi memoria, haciendo que, al menos por un instante, todo lo otro carezca de sentido”.

Agentes del orden irrumpen, anunciando un nuevo decreto. Los viajes circulares quedan prohibidos a ambos lados del punto, donde el tren y el hombre se han cruzado para anularme.

Interruptos los viajes, con el hombre del río comparto ahora la única ventana, de un vagón que raras veces es puesto en movimiento. No más esfuerzos por saber los pensamientos del otro; por más que vigilemos la mirada, nada vemos.

 


Osmel Almaguer Delgado nació en La Habana, en 1979. Ha publicado los libros La pendiente (Ediciones Ávila, Ciego de Ávila, 2013) y Creatura (Editorial Guantanamera, Sevilla, 2015), al que pertenece este poema. Durante 2013 condujo el espacio Grado Cero, sobre literatura transgenérica. Actualmente dirige El Coliseo Poético, certamen de lecturas de poesía.

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