Dejarle como está, desentenderte si va o viene, si da un tumbo y cae/ no estar al tanto de su axila, si come o volará, camisa a la intemperie: eso debes hacer, es un consejo
Rompe los teléfonos, raya cada una de sus letras y tus letras en el messenger si no quieres esperar esperar como hasta ahora loco y esperar por el siglo o un contorno de rincón cuando tenga deseo, tenga impulso/ si no quieres seguir imaginando qué razones tendrá, razones poderosas en sus manos de príncipe, en el espinazo partido por la carga que no tiene que cargar, que no tendría que posársele encima ni jugando
No te enredes en eso, no te enredes/ ve repitiendo no está en mí a la hora de juntarse en la escalera, no está en mí aunque su boca riente salga de la boca de algún túnel e imagines que parece tu guardián/ clava en medio de tu lengua no está en mí mientras se acuesta en la línea esta que acabas de escribir y contempla cómo vas cayendo en tierra
No te enredes ahí, no te enredes/ mira que el Atlántico se estira como un gato extraordinario entre los dos aunque compartirán desde ahora palabras sin sentido para
nadie en cuanto quicio aparezca y un mismo cigarrito de mentol/ no le esquivarás y seguirás como dice por el trillo por su trillo sin trillo, es verdad que no está en ti, es simple: no está en ti.
Sigfredo Ariel nació en Santa Clara, en 1962. Sus libros de poemas más recientes son Recreos para la burocracia (Unión, La Habana, 2015), Todos los hierros (Ediciones Matanzas, Matanzas, 2018) yTú no te gobiernas (Cuadernos del Bongó Barcino, Barcelona, 2018). Este poema pertenece a un libro inédito.