Cuando está en grima se da
contra el balcón y la madera
cruda, la grama y el parqué, cuando
está solo se da contra su propia
cabeza y el esqueleto de la patria
seca, enteca, que desde aquí se ve peor
que lo que está/ isla enloquecida
que no sabe hacer con gente
como uno
No lo he visto pero sé que acontece
cuando las estaciones se ponen
a chirriar/ le importa poco quien le diga
sal de ti, sal de la sal mientras
el karma, el tango o lo que sea mete
su mínima cuchara en todas
las conversaciones: sal del varadero,
sal de este redil que puedes
subsistir en la rama de un árbol
o en una balalaika
No quiero ir a turbar en el sueño
su sueño sin dormir/ no voy a hincarle
débil argumento de consolación
en su oído que mal le va a sentar
lo invite a levantarse del sofá donde
se ha vuelto cuarzo trabado
en la boca de un pez/ dice un amigo
es que ofreces a sus ojos
demasiado poco
Cuando el imperceptible tigre va
a la fuente por nadas de agua pública
o por aliento natural sin proyectar paso
ni sombra su dibujo heroico van
las ventajas de la emigración por la calle
contraria/ y cuando el mínimo animal
sucede en el regreso de la fuente
comienza una vez más el medievo
que no cesa mierdero de la patria
La patria por cierto desde aquí
parece entonces enemiga
del tigre.
Sigfredo Ariel nació en Santa Clara, en 1962. Sus libros de poemas más recientes son Recreos para la burocracia (Unión, La Habana, 2015), Todos los hierros (Ediciones Matanzas, Matanzas, 2018) yTú no te gobiernas (Cuadernos del Bongó Barcino, Barcelona, 2018). Este poema pertenece a un libro inédito.