Calladita la boca
en el corazón de una ciudad:
martilleos, mazazos, piares,
medias lenguas, metales del almuerzo;
se ronca, se silba, se pone la radio
a cualquier hora y a cualquier volumen,
se le da con ganas al teclado, se llora,
se oye llover
como quien oye llorar,
se respira despacio, se oye
cómo respiran las paredes
(aun azulejadas)
así como en el campo
respiran los caballos quietos
y los árboles de tronco pétreo
y respiran, en realidad, las piedras
en una orilla y hasta hablan—
dicen una, dos palabras.
Laura Wittner nació en Buenos Aires en 1967. Sus libros más recientes de poemas son La tomadora de café (Vox, Bahía Blanca, 2005), Lluvias (Bajo la luna, Buenos Aires, 2009) y Balbuceos en una misma dirección (Gog y Magog, Buenos Aires, 2011), al cual pertenece este poema. Ha traducido a Charles Tomlinson, James Schuyler, Charles Reznifkoff y Keneth Rexroth, entre otros.