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Crítica

González Echevarría: otro libro suyo en Cuba

Una editorial de Santa Clara publica 'Mito y archivo' y ojalá que tengan más planes de publicación de títulos del relevante académico cubano.

La Habana

Fue Harold Bloom quien señaló que Roberto González Echevarría es considerado el mejor crítico de las literaturas hispánicas que actualmente viven. Estudioso de la obra de Michel Foucault y sus aportes teóricos a los que aplica su visión muy personal de la literatura latinoamericana, sus textos se cuentan como materiales bibliográficos indispensables para estudiosos, académicos y especialistas de diversas universidades del mundo y han traducidos a varios idiomas.

González Echevarría es catedrático de la Universidad de Yale y ha recibido el doctorado honoris causa en varias instituciones académicas norteamericanas como reconocimiento a sus aportes intelectuales. Sus Relecturas (1976), Calderón y la crítica (1976), Alejo Carpentier: The Pilgrim at Home (1977), Isla a su vuelo fugitiva: ensayos críticos sobre literatura hispanoamericana (1983), La ruta de Severo Sarduy (1986), Myth and Archive. A Theory of Latin American Narrative (1990) entre otros tantísimos títulos de su autoría han dado la vuelta al planeta y solo hace poquísimo tiempo, uno de ellos primero, Lecturas y relecturas. Estudios sobre literatura y cultura (2013) y ahora Mito y archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana (Capiro, Santa Clara, 2017) han visto la luz en Cuba.

Nada extraño cuando se trata de un cubano al que, por su condición de emigrante e intelectual de una universidad norteamericana, se le ha vetado por el oficialismo en la Isla la posibilidad de que sus textos sean conocidos en fecha temprana. Han demorado mucho tiempo (23 años el primero y 27 ahora el segundo) en aparecer en una edición cubana que sigue teniendo repercusiones importantes en la comunidad de intelectuales de este país. Prueba de ello es que sus Lecturas y relecturas… obtuvo en 2013 el Premio de la Crítica del Instituto Cubano del Libro y se espera que su Mito y archivo… también tenga el mismo camino.

He visto con placer a estudiantes universitarios de Filología buscar este último libro, y he podido comprobar que no queda ya un ejemplar disponible al menos en las principales librerías de la capital. En el prólogo a esta edición, la sexta desde que apareciera la primera vez en el ámbito internacional, González Echevarría declara que solo esta le proporciona una satisfacción mayor: la posibilidad de que finalmente Mito y archivo… llegue, como su libro anterior, a sus lectores idóneos, sus paisanos.

Los cuatro capítulos en los que se divide el libro proponen en síntesis la teoría en torno al origen y evolución de la narrativa latinoamericana y el nacimiento de la novela moderna, derivada del discurso legal del Imperio español durante el siglo XVI. De ahí sustenta la idea de la existencia de un proceso de imitación de textos legales o jurídicos que se repite en momentos importantes dentro de la narrativa latinoamericana del siglo XIX y XX.

Desde el Facundo de Domingo Faustino Sarmiento a Sertones de Euclides da Cunha, Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, a Los pasos perdidos de Alejo Carpentier y Cien años de soledad de García Márquez, entre otras tantísimas obras que estudia, González Echevarría analiza el proceso de la escritura de ficción latinoamericana concibiendo una teoría que apuntala, sin mencionarlo, un contacto tangencial con los postulados de Mircea Eliade en relación al mito del eterno retorno. Su ensayo se adentra en el bosque profundo de lo que denomina la naturaleza polimórfica de la novela para indagar en su esencia antropológica, en los procesos identitarios de los que se nutre, según los contextos en que surgen.

No cae en la trampa de "las simulaciones textuales" que advierte y le echan lazos, esa capacidad dúctil de la novela de metamorfosearse en otros discursos, mientras él conforma lo que llama "el relato de la etiología de las formas narrativas de América Latina desde el período colonial".

Así, su interés en el abordaje de las relaciones entre la escritura y la ley, la imprenta y el castigo, le permite establecer interconexiones interesantes entre las narrativas de diversas latitudes del continente para encontrar en ellas el denominador común de sus estéticas y avizorar, bien entrado el siglo XX, acaso un futuro pesimista en relación a las nuevas formas escriturales de las narrativas posmodernas que están a la orden del día.

Sería interesante un proceso de pesquisa más profundo, en esta línea, para confrontar hasta qué punto estas teorías tienen hoy un nivel de continuidad y aplicabilidad en este nuevo contexto literario, sobre todo en tiempos donde tanta obra se publica con tan poca calidad, incluso en Cuba.

González Echevarría, cubanísimo hasta la médula, habrá cumplido la mayor satisfacción que todo profesor universitario nacido en la Isla anhela: que sus textos se publiquen justamente en su tierra natal, que se discutan en las clases de Literatura Latinoamericana de las carreras universitarias, que su nombre y su obra no sean solo un espejismo sino espejo ante el cual colocarse una y otra vez, confrontarlo, debatirlo, conocerlo y, sobre todo, leerlo con interés desmedido y avidez.

Esperamos que la editorial Capiro de Santa Clara tenga a bien publicar su obra completa, para que Roberto González Echevarría sea leído como lo que es, un intelectual de culto.


Roberto González Echevarría, Mito y archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana (Capiro, Santa Clara, 2017).

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