Valéry lo dijo:
Vayan tras el rastro del sonido.
Busquen en la cripta,
koncha y ya te estoy poniendo
cerca de mi oído;
esperanzado de que esas vibraciones
me puedan ayudar
a descubrir
en dónde estoy.
Por resonancias
te encuentras
con el que fuiste…
miedo, sentimiento animal
¿ en qué punto se hiela la sangre?
Ya se movió la tierra
encima de los muertos,
es decir moribundos;
espejuelos en multitud,
ojos aglomerados
en el declive de la percepción…
cuando la nuca gira
como una manivela
el campo se espesa
es campa
y al escucharse wáter
los pájaros no dejan proseguir
la conversación.
Ricardo Alberto Pérez nació en Arroyo Naranjo en 1963. Sus libros de poemas más recientes son Oral B (Premio Guillén de Poesía, Letras Cubanas, 2007), ¿Para qué el cine? (Unión, La Habana, 2011) y Vengan a ver las palomas de Varsovia (Letras Cubanas, La Habana, 2013). Publicó una antología personal, Los tuberculosos y otros poemas (Torre de Letras, La Habana, 2008). Ha traducido a Paulo Leminski y otros poetas brasileños. Es integrante del grupo literario Diáspora. Este poema pertenece a su libro inédito Hola Konchalovski.