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Poesía

Atención al intelectual

'Virgilio tocó en algún momento esta puerta. No. Tocó a la puerta del tambor mayor, le habló al tambor mayor. Y el tambor mayor no solo le tocó el tambor a Virgilio...'

La Habana

 

Ante una puerta un cartelito: Atención al intelectual.

Detrás de la puerta están los que atienden al intelectual. Casi se pueden imaginar los rostros detrás de la mesa, detrás de la computadora. Todo sobra. El cartelito pegado a la puerta. El que se detiene ante la puerta y es. El que se detiene ante la puerta y no es. Los que están detrás de la puerta y son. Los que están detrás de la puerta y no son. Da lo mismo. Hay un intelectual que atender.

¿Qué quiere? Que le toquen el tambor.

Pánico.

Negado ante esa puerta, ante el cartelito, negado a entrar ahí. Ni de un lado ni del otro. Negado. Atención de intelectual. Y una vez detenido ante esa puerta, mirando frente a frente al cartelito, una vez que los nudillos golpeen bajo el cartelito que dice Atención al intelectual, queda uno definido como tal. Los de adentro, cuando escuchen el toque, pensarán: Un intelectual.

¿Qué papel hay que traer? ¿Qué firma?

Algún papel hay que hacer. Negado. Alguna firma. Negada. No tocar ninguna puerta. Yo mismo me tocaré el tambor. Virgilio tocó en algún momento esta puerta. No. Tocó a la puerta del tambor mayor, le habló al tambor mayor. Y el tambor mayor no solo le tocó el tambor a Virgilio por haber tocado a la puerta de Atención al intelectual, sino que además le habló del tambor mayor.

Y este no es mi humor, es el de Virgilio. Y ni siquiera es el de Virgilio, es el de Lorenzo.

Vaya pánico. Ni quiero preguntar nada. Las puertas oyen. Sobre todo con tamaños cartelitos.

Pánico. Negado. La puerta. El cartelito.

Solo vengo a buscar el libro de Virgilio. Lo agarro y me voy. Lleno de pánico. La puerta se puede abrir, el cartelito me mira, los rostros del otro lado, Virgilio, el tambor, el tambor mayor y hasta Lorenzo.

Pero no es lo mismo. Me llevo el libro. Y a Virgilio le tocó el tambor el tambor mayor. Y eso marca diferencia ante esta puerta.

 


Ramón Hondal nació en La Habana, en 1974. Recibió en 2013 el Premio Luis Rogelio Nogueras de la editorial Extramuros por el libro de poemas Diálogos. Este texto pertenece a un libro en preparación.

Otros poemas suyos: Para sostenerse, Imagen de botiquín, Las losas y Despertar.

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