Primera: Fotografiarse con un librero detrás.
Segunda: Mencionar el reto de la hoja en blanco.
Tercera: Doblar por la otra esquina de las influencias recibidas.
Cuarta: Citar el elogio oral regalado por un autor muerto.
Quinta: Exaltar las infinitas revisiones de un texto.
Sexta: Hacerse el atormentado por editores y traductores.
Séptima: Contar cómo rompió o echó al mar un manuscrito.
Octava: Mirar para el cielo cuando se habla de posteridad.
Novena: Lisonjear los talleres literarios y clases de escritura.
Décima: Echarle la culpa al intelectual orgánico, el contexto y la semiótica.
Undécima: Sonreír ante cualquier parecido con otra obra.
Duodécima: Cambiar la conversación sobre derechos de autor.
Decimotercera: Minimizar el canon como asunto para académicos.
Decimocuarta: Hablar de la genial obra en proyecto.
Decimoquinta: Afirmar con mirada de querubín que el gusto es inefable.
Decimosexta: Elogiar la modestia como signo de talento multicultural.
Decimoséptima: Hacerse el que carece de prejuicios.
Decimoctava: Piropear con un "muy inteligente pregunta".
Decimonovena: Usar más de dos veces "yo".
Vigésima: Citar huraño que la meta es el olvido.
Vigesimoprimera: Poner la experiencia como argumento valorativo.
Vigesimosegunda: Negar que se leen los comentarios recibidos.
Vigesimotercera: Aplaudir al público cuando lo estén aplaudiendo.
Vigesimocuarta: Contar que desde chiquitico leía y escribía.
Vigesimoquinta: No brindar un suculento brindis en la presentación de su libro.
Vigesimosexta: Usar "nosotros" para involucrar al prójimo en alguna opinión.
Vigesimoséptima: Exigirle a los críticos adjetivos trascendentales.
Vigesimoctava: Negar el gusto por los más secretos chismes literarios.
Vigesimonovena: Ensalzar el talento de los escritores emergentes.
Trigésima: No burlarse de las erritas agridulces y los gazapos verdes.
Trigesimoprimera: Quejarse de que la crítica literaria está corrupta o muerta.
Trigesimosegunda: Compadecerse de sí mismo por carecer de tiempo.
Trigesimotercera: Declarar que es apolítico.
Trigesimocuarta: Recitar un poema que todo el mundo conoce.
Trigesimoquinta: Presumir de baños de masa.
Trigesimosexta: Complacer al público con otra lectura.
Trigesimoséptima: Dolerse de la ingratitud de los libreros.
Trigesimoctava: Achacar a la ignorancia que lo ignoren.
Trigesimonovena: Jurar que se basa en hechos reales.
Cuadragésima: Presumir de sinónimos.
Cuadragesimoprimera: Alabar neofilias, gerontofilias y diversidades.
Cuadragesimosegunda: Extrañarse de que lo tilden de altanero.
Cuadragesimotercera: Aceptar elogios e invitaciones de los políticos.
Cuadragesimocuarta: Expresar que no tiene palabras con qué agradecer.
Cuadragesimoquinta: Preguntar para qué sirve Google.
Cuadragesimosexta: Tramitar premios, honoris causa e hijo ilustre.
Cuadragesimoséptima: Colocarse lejos de machismos y feminismos.
Cuadragesimoctava: Creerse digno de publicar sus obras completas.
Cuadragesimonovena: Declarar que escribe para el pueblo.
Quincuagésima: Escribir cincuenta ridiculeces como si fueran de los demás.