Todos los días muere el día
algo se quiebra desaparece.
De leve, no se nota la pequeña muerte
las alas lastimadas del pájaro.
Kintsugi,
¿quién me mira partida al centro
espolvoreada de oro?
Aquí donde la herida lo frágil
el arte de estar roto.
Y esa palabra
sicomoro
donde recostar la cabeza y morir.
Damaris Calderón Campos nació en La Habana, en 1967. Entre sus libros de poesía publicados: Sílabas. Ecce Homo (Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2000) y Parloteo de sombra (Vigía, Matanzas, 2004) y Los amores del mal (El Billar de Lucrecia, México, 2006). Ha elegido sus mejores poemas en La soñante (Efory Atocha Ediciones, Madrid, 2014). En 2014 le fue otorgado en Chile el Premio Altazor a las Artes, en el género de poesía, y el Premio a la Mejor Obra Publicada por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura de Chile. Este poema pertenece a un libro en preparación.