La luz que pasa por la ventana abierta a veces difusa como si las nubes bajaran también contenidas en sí mismas. Mira. Esa difusión y presencia de la luz contrasta con el desasosiego que está más a gusto con la penumbra. Al alzarme de forma voluntariosa del lecho constato que es un gesto en contra de la sombra y de las imágenes que la pueblan, sombras dentro de la misma oscuridad y penumbra que hablan entre sí y a veces agobian con tanto escudriñar y discursear. Visiones de celuloide furtivo detrás del sueño; apresarlas antes de que penetre la luz es como el gesto final del arquero y su flecha. // En el desasosiego está el germen mismo de la imagen y la palabra que luchan por colmarse de realidad en la página. // Somos versos libres caminando entre los escombros de la memoria. Situarnos en las líneas de diálogo con la penumbra es el reto. // Bajo el sol hoy holgazán después de haber desechado las sombras, ahora las rebusco. ¿Qué decían?
Isel Rivero nació en La Habana, en 1941. Sus últimos libros de poemas publicados son De paso (Amargord Ediciones, Madrid, 2011), Las palabras son testigos/Words are Witnesses (Verbum, Madrid, 2011) y El jardín hambriento. Runas y silencios (Ediciones La Palma, Madrid, 2016). Este poema pertenece a este último libro.
Otros poemas suyos: Por Nivaria, De "Downstairs in the Garden" y Apophis.