El sol se pone gafas de sol. Clara me dice
que es porque no sabe dibujar los ojos.
Yo le digo que el mundo entero es una contradicción.
El sol enrojece a la caída de la tarde
de tanto tomar el sol.
Todos los colores se reúnen para elegir
quién los represente: votan en blanco.
Llueve bajo el nubarrón negro cuando lo abre el relámpago.
El sol se tapa con el dedo pulgar.
La luna se anula con el anular.
No pierdas nunca la capacidad de acertar
accidentalmente.
Víctor Batista nació en La Habana en 1933. Su patrocinio y su trabajo en ellas, hicieron posibles las revistas Exilio (Nueva York, 1965-1973), que dirigió, y escandalar (1978-1984). En Madrid dirigió la editorial Colibrí (1998-2013), empeñada en publicar la mejor ensayística de autores y asuntos cubanos. Este poema pertenece a un libro inédito.