Todos los fantasmas en estado de sitio.
Nostalgia de qué.
A suicidarse nórdicos.
Hay que ponerle ruido a la nieve.
En Alemania, Irlanda, se bebe hasta morir.
Los turcos eligen ahogarse.
Otros juegan a la ruleta.
(Los rusos son los maestros
apretando el gatillo.)
Los soñadores preferimos América.
Compramos alambre, púas, alambre,
púas, alambres, pú-
as.
Alambres.
Púas
La cercamos.
Un grito demasiado seco.
La isla es otra cosa.
Muy pronto corté su aorta.
El gallo que la maltrataba se llama Valeriano Weyler.
Mi tía liberó esa gallina.
La gallina dio tres vueltas en el aire.
Observa mis pasos hacia el ataúd con su ojo bizco.
María Elena Hernández Caballero nació en La Habana, en 1967. Sus últimos libros de poesía publicados son Electroshock-Palabras (Argentina, 2001) y La rama se par-te (Ediciones Torremozas, Madrid, 2013).
Otros poemas suyos: Sed de oro, El poema de Toni Miret, Rascacielos y El camino de Santiago.