Mi madre me dice que todo se parece
a una película de los años setenta
en donde estoy yo
vestida como Olivia Newton
en su calidad de hija aligerada y a plena luz
pero en el marco de algún lugar silvestre
y lo más extraordinario: profundamente dormida
y donde estoy bailando en imágenes de una revolución
en Egipto
y con un listado en la mano de todo lo que pude amar con ira
y donde this too shall pass —como en un sueño—
donde no siempre el poema entra en el poema
y donde no siempre dios es el perfecto creador
pero eso nadie lo cree —solo yo— según mi madre
porque en alguna parte del cerebro me niego a morir
y porque no he llegado aquí por mi paciencia
ni por medio de un reset que no logro recordar
si solo tuve una piedra o caí súbitamente
o como diría Jessica un diez de julio de mil setecientos
quince: ya es hora de regresar, pero adonde
de modo que tratemos la cosa dicha
como el quejido de un madero
o como una nube en un cuadro de Kandinsky
donde yo el habitante —figura humana hecha
de diversos materiales— ahora se pudre
cuando aún quedara una cuerda sobre la que balancearme
y destajada o como saliéndome de la muerte
pero más alta y sin origen
me niego a ser un trozo de hueso de aquel
no lluvia ni al menos una gota hoy
no calma de aquella calma
no distancia de su propio cuerpo
no pena que rodea sus arterias ya desnudas
si al menos supimos entonces que vivíamos
me daría cuenta y pudiera creer en —todo esto—
para al menos así advertir
cómo llegar a ese instante de luz en el espacio
que sobrevive solo en tus ojos y en estas noches.
Yosie Crespo nació en Pinar del Río, en 1979. Ha publicado los libros de poemas Solárium (Baquiana, Miami, 2012) y La ruta del pájaro sobre mi cabeza (Torremozas, Madrid, 2013). Este poema pertenece a su nuevo libro Caravana (Ediciones El Quirófano, 2015).
Otros poemas suyos: El viento que buscamos a la sombra del hojaranzo..., El diccionario y Los hombres de mi pueblo.